Estudiantes del Woodland finalizan sus movilizaciones

Fueron dos días en los que un grupo importante de alumnos del colegio Inglés Woodland de Los Ángeles, paralizaron las clases y se instalaron en el frontis del establecimiento educacional para manifestar su descontento frente a diversas situaciones que se vienen presentando en la comunidad escolar, que estalló con la salida del inspector general y a la que se fueron sumando otras demandas en letreros y consignas.

Tanto alumnos como apoderados del colegio, exigían aclarar estos puntos desde la dirección del establecimiento, criticando la falta de comunicación y empatía que el director -aseguran- tiene con la comunidad educativa, sintiéndose sin apoyo.

De esta manera, tras dos jornadas de manifestaciones, el Centro de Alumnos del Colegio Woodland, depuso la paralización, por lo que las clases vuelven a retomarse.

Mediante un comunicado, el centro de estudiantes del recinto detalló que se llegó a acuerdo con la dirección por lo que desde hoy jueves se retoman las actividades normales en el establecimiento.

“El día de mañana -hoy jueves- a las 10:00 horas, se realizará una asamblea en donde podrá asistir un integrante de cada curso (no necesariamente el presidente) con las peticiones e inquietudes que tenga cada curso. Rogamos difundir esta información, además de ser consecuentes a lo que se dice a los medios de comunicación”, recalcó el Centro general de alumnos del colegio inglés Woodland.

 

JORNADA NO EXENTA DE POLÉMICA

Durante el segundo día de manifestaciones, un video fue entregado al equipo de prensa de Diario La Tribuna, en el que se escucha a una funcionaria intercediendo en el conflicto con el objetivo de aclarar algunos aspectos que reclamaban los jóvenes.

En el audio, se escuchaba a la profesional explicarles a los alumnos que con la nueva Ley de Inclusión, no se puede hacer cualquier cosa, porque se atenta contra la convivencia del colegio. Lo que generó más diferencias fue que les señaló que ante la vulneración de la normativa implica que todo quede estampado en el Ministerio de Educación, con la posibilidad de perder la matrícula en el colegio.

Esta situación fue catalogada como una “amenaza” por parte de quien entregó los antecedentes a la prensa y difundió el material.

Sin embargo, más allá de las polémicas, lo cierto es que el conflicto parece haber permitido estrechar los lazos de comunicación para que la comunidad escolar pueda retomar con tranquilidad el normal funcionamiento de las clases.