Ecuatoriano abre local de jugos naturales y da trabajo a angelina

En general cuando un chileno quiere emprender un pequeño negocio enfocado en alimentación, piensa en completos, churros o algo parecido. La verdad es que ambas cosas son deliciosas y no dejan de venderse en donde quiera que existan.

Sin embargo, a la hora de buscar una alternativa saludable, son muy pocas las opciones que existen en el mercado, al menos que sean de rápida venta y que no impliquen tener que sentarse a esperar la atención en una mesa.

Asimismo, en las opciones para beber algo refrescante, lo general es la venta de bebidas y jugos envasados. Lo saludable es lamentablemente una búsqueda que puede tardar cuadras y cuadras.

En Diario La Tribuna ya se ha mencionado el importante aporte cultural que puede llegar a tener la comunidad inmigrante en el país. El desarrollo de grandes potencias mundiales así lo ha demostrado a lo largo de la historia, y de a poco podemos ir viendo aquello paulatinamente en la capital de la provincia de Biobío.

En Santiago ya son testigos desde hace algunos años del alto impacto nutricional que provocó la venta de jugos de naranja en las zonas céntricas de la capital de la República. Sus impulsores: la comunidad peruana de la región metropolitana, quienes aportaron esta alternativa, en una época donde el desayuno callejero no salía de las empanadas y los ya mencionados jugos envasados.

 

UN APORTE VITAMÍNICO EN LOS ÁNGELES

Fausto Castañeda es de Ecuador y lleva algunos años ya en Chile, aunque asegura que visita al menos dos veces al año su país. Él es dueño de ‘Novedades Jean Pierre’, que es el local que ofrece jugos naturales en la calle Colo Colo del centro de Los Ángeles, un negocio que abrió sus puertas recién el sábado pasado.

El emprendedor foráneo contó que hay otros hermanos trabajando acá en Chile y que uno de ellos se dedica a la venta de jugos naturales, por lo que tras ayudarlo en aquel rubro, decidió también aventurarse en este negocio, que se suma a otros que él mismo dirige en la ciudad.

 

UN PRODUCTO BIEN RECIBIDO

“A la gente le ha gustado mucho nuestro producto, porque es todo natural, no dejamos nada congelado y traemos todo fresco cada día. Cuando uno congela las frutas se pierde el sabor”, comentó el ecuatoriano sobre la calidad de su producto.

Aparte de los jugos naturales, él junto a su señora venden ensaladas de frutas y también batidos, que tienen un costo de mil pesos los dos primeros, mientras que el batido cuesta mil 500, el que puede incluir dos sabores.

En su variedad de frutas, incluye algunas de Ecuador, como la guanábana, el lulo, tamarindo o tomate de árbol, además de guayaba, borojó, sandía, papaya, mora, piña, melón, maracuyá, coco, frutilla, frambuesa, mango, naranja, plátano, taxo, arándano y kiwi.

Castañeda indicó que se siente un aporte a la vida saludable de los angelinos, indicando que “acá uno ve que en el almuerzo se comen completos, en el desayuno se comen completos, y en general comen mucha comida chatarra, en las que incluyen muchísimo el pan, lo que hacerlo tan frecuentemente no es tan saludable, en cambio al preferir las frutitas, se consumen muchas vitaminas”.

“En Chile y en Los Ángeles la gente es muy amable y me han tratado muy bien. Me siento como en mi país”, sentenció sobre su experiencia cultural en Chile.

CONTRIBUCIÓN AL EMPLEO DE JÓVENES LOCALES EN UN AMENO AMBIENTE

Laresca Cares está trabajando con Fausto y su señora en los jugos naturales desde el mismo sábado en que abrieron, y contó a Diario La Tribuna que “yo antes trabajaba con ellos en otros locales que tenían, así que conozco que trabajan bien y me siento cómoda aquí”.

La angelina comentó que no había visto en la capital de la provincia un local de estas características. “Es algo llamativo porque he escuchado que son las personas de otros países que traen este tipo de emprendimientos, y luego son los chilenos los que copian esta buena iniciativa, además claramente les va bien”.

Sobre la relación con ellos indicó que “son muy buenas personas y también jefes”, indicó la joven que se dedica a preparar las frutas y hacer algunos de sus jugos. “Ellos son muy buena onda y me río mucho”, indicó sobre la relación interna en el trabajo del local ubicado en la intersección de calle Colo Colo con Valdivia.