Anciana asaltada en su casa pide ayuda para mejorar puertas y ventanas

La dura realidad que enfrentan a diario muchas personas mayores que viven solas y que subsisten sólo gracias a la pensión solidaria que entrega el gobierno se refleja en la historia de Mercedes Grandón, de 61 años, quien muy acongojada se acercó hasta Diario La Tribuna, en su desesperación por lograr alguna ayuda que le permita reforzar la seguridad en su hogar.

Según su testimonio, esta mujer fue víctima de una violación de morada con resultado de robo con intimidación mientras dormía en su casa.

Aún afectada psicológicamente por lo vivido, según reconoció, entre llanto relató que una noche, tres meses atrás aproximadamente, estando ella acostada dos individuos irrumpieron en su hogar, uno de los cuales procedió a intimidarla con un cuchillo y amenazarla verbalmente de quitarle la vida si es que intentaba hacer algo, mientras el otro materializaba el robo de distintas especies al interior de su humilde vivienda.

Como pudo comprobar en terreno Diario La Tribuna, efectivamente, esta solitaria vecina de pasaje Los Morcotes 1611, de villa Las Américas, vive en muy precarias condiciones. Su sencillo inmueble aún evidencia el daño que provocaron los antisociales que la atacaron aquella amarga noche que aún no olvida y que asegura la mantiene muy mal anímicamente. Una ventada rota, cuyos pedazos de vidrios fueron reimplantados por ella con misma huincha aisladora, y una puerta rota atribuible a un puntapié, demuestra de forma gráfica la violación de morada que sufrió.

“Sólo pido que un empresario o alguna otra persona me ayude a reponer puertas y ventanas, porque tengo una pensión que no me da para comprar otras cosas”, expresó Mercedes tímidamente al ser consultada por lo que necesitaba.

Para dar fe de sus escasos ingresos mostró algunos comprobantes de pagos de la pensión que recibe del gobierno. En todos ellos el monto promedio que figura asciende a 100 mil pesos.

“Eso es para la comida, el pan que compro todos los días y como vivo sola no puedo comprar tanto como un quintal de harina para mí sola. Pago la luz, el agua y cositas que tengo y que necesito”, detalló respecto a cómo distribuye su único ingreso todos los meses.

Manifestó que no ha querido molestar a vecinos y familiares, y que la única parte donde ha solicitado ayuda es en la Municipalidad de Los Ángeles, sin obtener una respuesta positiva a su petición.

“Ojalá alguien se acerque y pueda cooperarme, lo único que quiero es vivir un poco más segura”, demandó.