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¿Quién es Exequiel Arriagada, el botero lajino que permanece desaparecido?

por La Tribuna

Hace más de 40 años que se dedica a transportar personas entre una orilla y otra, como una forma de acercar a la gente que vive en sectores rurales de la comuna con la ciudad.

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Cinco días son los que lleva desaparecido Exequiel Arriagada, un conocido botero de 69 años de la comuna de Laja.

Eran alrededor de las 17:00 horas del sábado cuando Arriagada cruzó desde el campo a la ciudad por el río Biobío para dejar a una pasajera que necesitaba llegar a Laja.

Fue visto por última vez cerca de las 20:00 horas de ese mismo día; a esa hora emprendió rumbo a su casa después de haber compartido con algunos amigos.

Sin embargo, no fue hasta la mañana del domingo cuando encontraron su embarcación a unos metros de donde originalmente la había dejado; en su interior, sólo había una linterna.

Quienes vieron su bote aquella mañana del domingo pensaron que se encontraba en la ciudad pero no era así. Sus cercanos piensan que pudo haber caído cuando pretendía volver a su casa, en horas de la tarde del sábado.

Su familia tomó conocimiento de su desaparición el domingo en la tarde, colocando -de forma inmediata- una denuncia por presunta desgracia.

Sus hijos y cercanos se constituyeron en Laja a primera hora del lunes, dando origen a las labores de búsqueda que permitieran encontrarlo.

Durante la jornada de este miércoles, el trabajo se concentró en el río Biobío, entre Laja y San Rosendo y contempló las labores de los grupos Gersa de Nacimiento y Santa Bárbara, además del Gope de Carabineros de Concepción.

Arriagada se ha desempeñado como botero prácticamente toda su vida; es una labor en la que ha trabajado durante los últimos 40 o 45 años, todos ellos en la comuna de Laja.

Pese a que ejerció en otros trabajos, comenzó a dedicarse lleno a ello hace unos 25 años a la fecha. “Cuando jubiló no le daban trabajos en otros lados; de primera lo hacía en botes que le prestaban o que arrendaba”, relató su hija Ingrid.

Con esfuerzo y constancia, Exequiel logró comprarse su embarcación y comenzó a trabajar en él en un ciento por ciento. Las razones que lo llevaron a dedicarse a ello son particularmente dos: por necesidad y por querer ayudar a la gente.

Es que a través de un bote era la única manera en la que podían pasar de un lugar a otro; del campo a la ciudad. Es que de lo contrario quedarían aislados ya que no existen puentes.

Es que “la única vía que tienen las personas de poder cruzar es a través de los boteros de Laja que ya van quedando pocos, muchos se han ido”, expresó Ingrid.

Su hija lo definió como una muy buena persona, querida por todos quienes lo han conocido; “todos lo conocían, todos tenían que ver con don Cheque porque así le decían”.

Es un hombre alegre, a veces un poco callado pero muy respetuoso; eso siempre se lo han dicho a Ingrid y lo que más le han recalcado durante los últimos días. Como amable y servicial también ha sido definido.

“Imagínese que para llegar a trabajar acá (Laja), él se levantaba a las 4 de la mañana, tomaba desayuno hacía el aseo  para salir a trabajar a eso de las 5:00 o 6:00 de la mañana”, contó la mujer.

Con mayor razón si era martes o viernes, los dos días en los que se realiza la feria de Laja. Muchos residentes del campo concurren a la comuna del papel a comercializar sus productos.

Era Exequiel quien los iba a dejar a la orilla para que pudieran ofrecer sus cosas. “El bus llegaba a las 6:00 (de la mañana) al puerto del campo y él los cruzaba al puerto de Laja”, contó Ingrid.

Es más, su hija relató que tenía pasajeros que lo llamaban ante cualquier emergencia y a la hora que fuera Exequiel los llevaba porque, a veces, era el único botero disponible.

Casado hace 47 años, Arriagada tiene cuatro hijos y siete nietos.

Ingrid lo definió como un buen padre, un buen esposo y un buen abuelo, “con algunas caídas como todas las personas pero siempre nos ayudó en lo que podía, como fuera. Nos educó hasta donde pudo y siempre preocupado de nosotros, de sus hijos, de su señora”, relató la hija.

Los últimos años en la vida de Exequiel y su familia han sido complejos; su esposa padece de un cáncer al esófago terminal y esa situación lo tenía muy mal.

“Lo tenía triste, había adelgazado harto porque la echaba mucho de menos; estaba solito viviendo en el campo hace dos años. Por la enfermedad, mi mamá tuvo que irse a Santa Juana donde la cuida mi hermana menor”, contó la mujer.

LABORES DE BÚSQUEDA

Pese a los esfuerzos de los equipos de rescate, las labores de búsqueda parecen ser infructuosas ya que –al cierre de esta edición- Exequiel aún no era encontrado.

Los primeros en sumarse a la ayuda fueron voluntarios del Grupo Especialista de Rescate Sub-Acuático (Gersa) de San Rosendo, de quienes la familia de Arriagada está inmensamente agradecida.

Al trabajo realizado en la comuna de Laja también se han sumado equipos de Nacimiento, Santa Bárbara, Mulchén, Santa Juana y Concepción.

Asimismo, por segundo día consecutivo (martes y miércoles), el Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros de Concepción se constituyó en el lugar para ayudar en las labores que permitan encontrar a Arriagada.

Sin embargo, Ingrid contó que necesitan más ayuda porque el terreno que deben abarcar es amplio, siempre esperanzada de encontrar a su padre.

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