Mabel Guerrero: La perseverancia hecha éxito

A Mabel Guerrero Soto la definen como una persona emprendedora, exitosa, católica, creyente y que por sobre todo, busca el bienestar de sus hijos, su familia y tener un mejor futuro.

Ella cuenta que “tengo una pequeña fábrica de mermeladas, miel, pastas, frutas en conserva. Trabajo con mi familia y esporádicamente con una señora que me ayuda”.

Asimismo, destacó que el ingrediente principal que le agrega a sus productos es el cariño, la dedicación y el cuidado, eso porque “tenemos la conciencia que es alimento y el alimento es importante, porque a través de ello podemos sentirnos súper bien, tirar para arriba o enfermarnos, entonces tenemos que hacerla de manera muy profesional”.

A su vez, detalló que ha tenido las herramientas, a través de Prodesal (Programa de Desarrollo Local) de Indap en cómo manipular los alimentos con capacitación con profesionales.

Igualmente, dijo que “hacemos mermeladas con frutas del sector, hemos hecho un trabajo con los vecinos, ellos han cuidado sus árboles, porque yo hago una cosa muy linda, que es un trueque, ellos traen la fruta, me la entregan y después yo les llevo mermelada. Ellos no quieren plata, porque esas frutas la perdían. En todo caso yo les he dicho que no quiero fruta picada o podrida, yo quiero lo mejor, porque después esa misma mermelada ellos la comen y yo le vendo, entonces hemos hecho un trabajo muy bonito con la gente de mi sector y además que mi pequeña parcela también tiene árboles que me están dando frutas”.

Además, cuenta con orgullo, que luego de mucho insistir, el año pasado se adjudicó un proyecto de riego con paneles solares de goteo, algo que le ha ayudado a sus distintos árboles, y también a sus frambuesas. “Eso me pone muy contenta, porque el sueño mío es tener yo mi fruta para poder hacer las mermeladas, porque ahí sé cómo regué, cómo cuidé mis cosas y eso le va a dar otro valor a mi mermelada”.

Mabel entrega sus productos en la Vega Monumental de Concepción, en “Mundo rural” y en Charrúa, sector rural de Cabrero, donde atiende en su casa.

Asimismo, cuenta con una gran variedad de sabores en sus mermeladas, como mora, mosqueta, durazno morado, durazno betarraga, ciruela, alcayota y naranja entre otras.

A ello, agregó que “tenemos mermeladas con azúcar y con stevia, porque los clientes nos dicen ‘chuta, no puedo comer azúcar’ y una capacitación de Prodesal nos permitió entrar en el rubro”.

LA MIEL

Otro de los productos que tiene en el mercado es la miel, de lo que destaca, “vendo muy poquito, así en enero, febrero y este año tuve la dicha de entregarle mi producto, un 80% a un exportador. Yo no lo exporté directamente, pero el SAG me visitó y él llevó mi miel a Japón”, explicó Guerrero.

La miel no es sólo pura, sino que es miel batida a la que le agrega distintos sabores como naranja, limón, canela, melisa o merkén. “Ayer una visita que tuve me decía ‘ahh usted le echa esencia’ y no es esencia, yo me doy el trabajo de sacar la cáscara de la naranja y después de varias semanas lo integro a la miel batida, entonces la gente se sirve un producto que tiene las propiedades de la miel, porque no hemos alterado en nada eso, sólo la batimos y le hemos agregado la cascara de la naranja que tiene las propiedades de este fruto y de los otros”, sentenció.

Igualmente cuenta que lleva años trabajando en ello y que son muchas las capacitaciones que tiene a su haber y que le dan la seguridad de la calidad del producto que entrega y relata que cada día busca mejorar.

“Supe que va a haber una capacitación para hacer mermeladas sin preservantes, porque yo le hecho un poquito para que no se llene de hongos, así que ahí vamos”, dijo.

A su vez, dijo que a fin de mes comenzará un curso de computación, esto porque entiende que pronto se iniciará el proceso de boletas electrónicas y también porque sabe de la importancia de las redes sociales en las pymes.

Asimismo, hizo un llamado “a las personas a que valore lo que se ha hecho con nuestras manos, yo soy una fábrica y alguien diría que hago 5 mil frascos, yo cada vez que hago mermelada, hago una olla de 5 kilos y ahí voy poniendo todo el cariño, toda la dedicación, entonces es un producto en el que hay que valorar el trabajo. He tenido mucha gente que va a mi casa, que tienen tiendas, que quiere comprar mis productos, pero ellos quieren ponerle el precio, pero ellos no valoran mi trabajo, mi entrega, mis años de capacitación y de esfuerzo”.

Por lo mismo, llamó a valorar el trabajo de los pequeños emprendedores, porque “estamos trabajando a conciencia”.

Por último, destacó que mensualmente la tienda donde vende sus productos en Concepción, le pide cerca de 80 frascos de cada sabor y cuando la llaman, le cuentan que se vende todo.