La región del Biobío presenta en los principales ríos de la zona un déficit promedio de 52,8%. Sin embargo, el lago laja presenta una intervención de orden natural a lo que eran años atrás. Puesto que este recurso es de uso agrícola, eléctrico y turístico.
Es por esto que se preguntó al director regional de la Dirección General de Aguas, César Saavedra, sobre cómo se encuentran esta zona de agua dulce y que juega un factor importante para el desarrollo económico y energético en la provincia de Biobío.
En relación a la sequía que acontece a la región del Biobío, el director de la DGA indicó que “las últimas lluvias que cayeron en la zona fue una condición puntual que no responde la problemática de fondo”.
En el mismo contexto, Saavedra añadió que “pese a que los registros cambiaron un poco, prácticamente del 50% de déficit de agua caída, datos de febrero hasta la segunda quincena de marzo y de forma positiva, el complicado panorama se mantiene ya que las cifras deben variar hasta conseguir un excedente por sobre los dos dígitos, para que tengamos un hecho revelador de que la situación se está revirtiendo”.
“La condición de sequía, condiciona varios factores ya que aglomera la situación de precipitación, los ríos, pero situación de sequía no se detalla, ya que se hubiera declarado oportunamente”, argumentó Saavedra.
LAGO DE LAJA
El promedio histórico de la laguna de laja es de un 3.536 millones de metros cúbicos, y sólo hay 516 metros cúbicos. En este contexto, se le preguntó al director de la DGA si es la foto más emblemática de los problemas que se están viviendo, a lo que señaló que “no sé si será la foto más emblemática o puede haberse dado una condición desmejorada de la cuantía o de lo que queda embalsado. Pero desde dos o tres años, aproximadamente, existen protocolos de trabajo entre los usuarios con fines agrícolas y los usuarios con fines energéticos”.
“Los volúmenes que se han repartido con confines de riego dan cuenta y dan respuesta a que los usuarios, en particular del río Laja, que están en esta condición, no hayan tenido mayores inconvenientes del punto de vista de luz. Ahora si lo vemos como de largo plazo y hacemos menciones de mesa, el agua que cayó y que pudo ser embalsada, versus la que se ha utilizado, yo creo que esto último ha sido menor a la que se pudo haber embalsado, en términos simples, siempre estamos sumando más que restando”, dijo Saavedra.
PODRÍA DESAPARECER LA LAGUNA DE LAJA
Finalmente, en relación al déficit hídrico en el lago Laja, el director de la DGA aseveró que “no debería, tiene un marco de trabajo que en la práctica establece volúmenes mínimos o una altura mínima de agua, que en la práctica no puede ser tocada, por diferencias de cotas que no saldría de la laguna de manera natural”.