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Pablo Rodríguez llegó de su travesía al Aconcagua y no descarta el Everest

por Nicolas Irribarra Irribarra

En conversación con Radio San Cristóbal, el docente aprovechó de notificar que busca crear un club deportivo para traspasar sus conocimientos a todos aquellos que quieran practicar esta disciplina de montañismo.

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Pablo Rodríguez, docente de educación física y también académico del Centro de Formación Técnica Santo Tomás, conversó con La Tribuna y Radio San Cristóbal sobre sus últimas experiencias en el montañismo, que durante las semanas pasadas lo tuvieron ascendiendo el Aconcagua, una de las cumbres más altas del mundo, y específicamente la más alta de América.

De todos modos, comenzó explicando su actividad, en la que señaló que “en particular el deporte que practico es el montañismo, eso lo hago como actividad extra programática, y tradicionalmente soy profesor municipal y del CFT Santo Tomás. La verdad es que el montañismo es un deporte que se debe practicar en equipo. Sin duda que la travesía, la excursión siempre uno lo hace de manera solitaria. Sin embargo, en la planificación de una actividad a mediano o largo plazo, requiere un equipo. Cuando uno encuentra una cordada se hace más fácil, y esa es la suerte que tuve con Diego González”.

Además, añadió que “ahí nos planteamos metas. Nuestro primer objetivo era conquistar los cerros de la octava región, el que cumplimos hace como dos años, y nos quedaba lo más difícil, que es ascender la Sierra Velluda. Una vez que logramos hacerlo por la ruta tradicional, la cara oeste. Tenemos buena aclimatación, buen desempeño físico, y decidimos subir al volcán más alto del mundo, que está en el norte de Chile”.

Fue así como el verano pasado hizo un trabajo con el equipo y algunas instituciones, y se sumaron al ascenso del volcán Ojos del Salado. De ahí, nació la otra meta, subir al Aconcagua, que es la cumbre más alta de América.

“Son 6.962 metros, el que lo convierte en la altura máxima después del cordón montañoso de los Himalayas. Fue una experiencia maravillosa, nosotros por un tema de aclimatación teníamos programado un ascenso de 12 a 15 días, para eso nos preparamos, pero llegando allá nos dimos cuenta que la temporada estaba culminando, por lo que la temperatura era muy variada. Tanto así que en un solo día nos encontrábamos con las cuatro temporadas, pasábamos de sol en la mañana, en la tarde se nos nublaba, caía nieve, bajaba la temperatura a 18 grados”, relató.

Junto con ello, el profesional de la actividad física, contó que el día quinto de su expedición se abriría una ventana y la temperatura no iba a variar, pero en una condición buena de cumbre la velocidad del viento debe ser menor a 40 km/h.

“La aprovechamos (la ‘ventana’ climática), anduvimos bien, porque la puna sobre 5 mil metros de altura es considerable. Pero bueno, la preparación previa fue buena, hicimos el volcán San José en Santiago y una semana antes el cerro el Plomo, por lo que llevábamos el cuerpo para enfrentarlo a esa altura. El cambio en la fisiología corporal es inmenso. Sobre los 5 mil metros el oxígeno disminuye, lo que estamos acostumbrados a hacer, a esa altura se hace muy difícil, hay falta de apetito, falta de ganas de hidratarse, porque eso es lo que uno hace generalmente a esa altura”, manifestó.

LO QUE VIENE

Después del Aconcagua, Rodríguez tiene pensado cumplir dos metas como grupo, una de ellas es trabajar en la zona con el montañismo, difundir lo que saben, ya que han participado de múltiples capacitaciones.

“Para eso trabajamos en la conformación de un club deportivo y poder hacer una asociación, para recibir los beneficios de la federación. Segundo, seguir escalando en la parte deportiva, tenemos invitaciones a la cordillera blanca en Perú, visitar el segundo volcán más alto que está en Argentina, y uno de reojo tiende a mirar un poquito, y si llegaste a los casi 7 mil metros por qué no sumar unos mil metros más, y eso sería los Himalaya. El Aconcagua lo visitan grupos europeos, y para subir el Himalaya, ellos para abaratar costos en su preparación vienen a este cerro, por lo tanto el roce que se produjo en ese lugar fue positivo. El diálogo fluido, y las capacidades que uno observa a simple vista, por lo que no tiene nada que envidiar. En condición física no hay problema, pero en equipo es donde hay que invertir”, aseguró.

El problema se genera porque sobre los 5 mil metros, hasta los casi 7 mil del Aconcagua utilizan una vestimenta especial, pero en los Himalaya deben tener mayor tecnología, ya que las temperaturas y otros factores se duplican, por tanto, si en el cerro de Los Andes tuvieron menos 18 grados, es probable que en Asia se encuentren con temperaturas cercanas a los menos 40 grados.

Finalmente, aprovechó de agradecer a La Tribuna, también al CFT Santo Tomás, y a todos quienes le han brindado apoyo.

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