Cabecilla de banda dedicada al robo de autos es nuevamente detenido

Un hombre detenido por el delito de receptación fue el saldo que arrojó un operativo policial efectuado por personal de la Sección de investigación Policial (SIP) de Carabineros de Los Ángeles.

Se trató de Juan Carlos Balboa Dinamarca, de 35 años, quien es sindicado como el cabecilla de una banda dedicada al robo de autos y que, a la fecha, ha afectado a personas que habitan en regiones como la Metropolitana, del Maule, Bío Bío y de Los Lagos, sólo por mencionar algunas.

Las diligencias se originaron a raíz de una denuncia efectuada en la primera comisaría de Carabineros de Los Ángeles, el pasado 16 de octubre, en la que una víctima manifestaba que su vehículo había sido robado.

El automóvil en cuestión se trataba de un Mitsubishi Lancer, año 2013, avaluado entre los 8 y 10 millones de pesos, el mismo que -posteriormente- fue recuperado por efectivos policiales.

El vehículo habría sido sustraído desde los estacionamientos de la empresa Puerto Seco, emplazada en avenida Las Industrias con Sor Vicenta.

Fueron las mismas cámaras de seguridad las que habrían aportado los antecedentes necesarios con respecto a quién sería el autor del delito, pudiendo establecer que se trataría de Balboa.

De igual forma, un llamado telefónico recepcionado el martes por Carabineros sostenía que el automóvil –el cual mantenía encargo por robo- se encontraba en un taller mecánico ubicado a la altura del kilómetro 7 camino a El Peral.

Fue así como personal de la SIP se trasladó al lugar y corroboró la información. En coordinación con el Ministerio Público, efectuaron una entrada y registro del lugar, encontrando el vehículo en cuestión y quienes, posteriormente, detuvieron a Balboa por el delito de receptación.

En compañía de un cercano, Balboa se desplazó hasta Puerto Seguro y, aprovechando que su familiar mantenía una copia de la llave de contacto, sustrajo el automóvil.

El vehículo sustraído habría sido adquirido por un familiar de Balboa en una compraventa automotriz de Los Ángeles y, luego, lo habrían dejado de pagar por lo que el móvil estaba en prenda.

Después, éste fue vendido a la víctima con quien firmaron un contrato pero los trámites serían finiquitados una vez que el tema de la prenda estuviera supuestamente solucionada.

Cuando una automotora ofrece un crédito a una determinada persona y ésta deja de pagar la cuota fijada asignada al préstamo, la empresa coloca al automóvil una cláusula alusiva a que éste se encuentra en prenda, quedando con la prohibición de ser vendido o transferido a otra persona.

ANTECEDENTES

Juan Carlos Balboa Dinamarca mantiene antecedentes penales por los delitos de estafa y receptación.

No se descarta que esté siendo investigado por un equipo especializado de la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos (Sebv) de la VIII zona de Carabineros y por parte de personal de la Sección de Investigación Policial (SIP).

Balboa fue detenido por el delito de receptación y puesto a disposición del Ministerio Público.

Por orden de la fiscal de turno, el vehículo incautado por personal de la SIP fue remitido a los corralones municipales de Los Ángeles, quedando a disposición de la Fiscalía Local a fin de dilucidar las circunstancias en que ambas personas adquirieron el automóvil.

Actualmente, Balboa es acabado en las diferentes redes sociales por el delito de estafa o apropiación indebida de diferentes vehículos.

Tal como lo sacó a relucir La Tribuna, en septiembre del año pasado, Balboa ya había sido detenido por Carabineros en la ciudad de Los Ángeles. Meses más tarde, el caso también fue abordado por un importante medio de comunicación a nivel nacional.

MODUS OPERANDI

Balboa ocuparía la página de compra y venta yapo.cl para cometer sus fechorías. A través de esta plataforma, se contactaría con el dueño de algún automóvil que estuviese a la venta y le ofrecía la alternativa de arrendarlo.

Las ofertas eran tentadoras ya que por el arriendo de un vehículo bien podía ofrecer, por ejemplo, 600 mil pesos mensuales. Su buen aspecto personal ayudaba a cerrar el negocio.

Si la víctima aceptaba, todo aparecía hacerse en regla. Ante un notario, se firmaba un contrato de arriendo por seis meses pero generalmente pagaba sólo los dos o tres primeros como máximo.

Posteriormente, y de forma misteriosa, los daba por perdidos con el argumento de que se los habían robado.

De forma paralela, “limpiaría” los papeles y los vendía como casi nuevos.

De igual forma, existen víctimas que -a través de la misma plataforma- se contactaron con Balboa para concretar la compra de un vehículo que el mismo Balboa tendría a la venta. Entregaba el automóvil aduciendo que pertenecía a él cuando, en realidad, su dueño era otra persona.