Sacerdote angelino y su misión en África

El padre Alejandro Ruiz, religioso de la congregación hijos de la divina providencia, y oriundo de la ciudad de Los Ángeles. Hace 7 años se encuentra radicado en  Kenia como responsable de un centro que trabaja con niños y jóvenes con discapacidad intelectual, dedicado a ayudar en el desarrollo de estas personas.

“Lo de Kenia nació como una inquietud cuando cumplí 40 años, repensando en mi vida, una de las cosas que quería era hacer algo nuevo, partir de cero, hacer algo cercano a la gente con menos recursos, y me ofrecí para ir a la misión, no elegí el lugar, sólo mi intención era ir donde hubiese necesidad, y se me propuso Kenia y acepté. Y ahora estoy feliz, haciendo lo que me apasiona”, enfatizó el padre Alejandro.

SU LLEGADA…

En su llegada a Kenia, se estaba comenzando a crear una empresa, el padre cuenta que en un comienzo fue un proceso un poco desgastante, “es como empezar de nuevo, te sientes muy limitado, como un poco inútil, y por otro lado ver que hay tanta necesidad, eso provoca como un poco de shock fuerte al principio, obviamente el recuerdo de tu país esta más cercano, tu familia, amigos, y acordarse de la patria. Todo eso influye”.

De a poco se fue adaptando a su nueva vida, comenzó a integrarse al sistema del lugar, al trabajo, “empiezas muy de a poco a conocer, escuchar, observar, lo que ahora marca mucho”.

PROYECTOS PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

Ya son siete años que lleva en Kenia, los que considera muy fructíferos, donde han podido llevar a cabo diversos proyectos, todos en ayuda a discapacitados.

“Terminamos este primer centro, la escuela, vamos con un segundo centro, y se comenzó con el proyecto de autocultivo, la idea es que los jóvenes que cumplen 18 años, que egresan como cualquier otra persona, pasar a una nueva etapa de su vida, nosotros pensamos que las personas con discapacidad, siempre los vemos como niños, y no es así, ellos viven igual que nosotros”.

El padre Alejandro, agregó que “con nuestra experiencia, comprendimos que eso había que cambiarlo, entonces cumplen 18 años, egresan de la escuela y van a capacitación en agrocultivos, después de dos años, nosotros los contratamos, tenemos una granja que produce mucho, entonces entregamos a distintos supermercados y a la comunidad local, y eso permite tenerles un sueldo, ahorran su dinero, construyen su casa, compran animales, y empiezan a sr más independientes, que eso es lo que buscamos”.

También, hicieron un convenio con el banco, en donde el centro monitorea sus cuentas corrientes, cada mes se les da efectivo y van ahorrando para lo que ellos quieran, y así evitar que alguien se aproveche de su dinero.

Ya son más de 120 niños los que son parte de los centros, escuela y autocultivo.

LA MISIÓN

“En la misión uno descubre que es uno el que tiene que ser misionado primero, debe conocer y aprender de la gente y lugar a donde va”, expresó el padre, destacando que ese tiempo es muy rico desde el punto de vista humano, en donde tú te das cuenta que todos somos vulnerables al final del día.

“Para mí fue un encuentro muy personal, con una realidad distinta, que me hizo replantearme muchas cosas, sobre todo en cómo uno vive primero su propia vida”.

Explicó que actualmente el concepto misionero ha cambiado, ahora es ir a compartir la vida, aprender, aportar lo que uno sabe, y construir algo que sea útil, que ayude a la gente entre todos.

SIN UNIDAD NO SE AVANZA

Actualmente, el padre Alejandro Ruiz, se encuentra en Chile, realizando diversas actividades, presentando sus proyectos de ayuda en Kenia en Los Ángeles, y este próximo miércoles 14, recibirá un reconocimiento por parte de la Universidad Católica, por su apoyo y demostrar que a través de estas ayudas defendemos la vida en cualquier circunstancia.

Finalmente, el sacerdote enfatizó que “ahora hay un grupo de personas en el Perpetuo Socorro, que quieren crear un convenio con Kenia, ver la forma de como Los Ángeles, puede también hacerse parte de este proyecto, que en el fondo es querer ayudar a estas personas, y de lo cual uno quiere aprender”.