Conservación de los Recursos Genéticos

La necesidad de aumentar la producción para satisfacer la demanda de alimentos de una población en constante crecimiento ha llevado a los fitomejoradores a producir variedades cada vez más uniformes y a los agricultores a aplicar tecnologías con altos insumos para responder a los requerimientos de las mismas. Esto conduce por una parte a una reducción en la base genética de las variedades comerciales y por otra, al uso indiscriminado de insumos y de los recursos naturales, con el consecuente deterioro del medio ambiente y una pérdida de recursos genéticos que involucra genes, especies y ecosistemas. Esto último se ha acentuado en las últimas décadas debido al cambio que se está generando en el medioambiente producto de fenómenos climáticos cada vez más intensos y la alteración de los sistemas ecológicos por parte de las actividades del hombre. El problema inherente es que pueden perderse para siempre los recursos genéticos o genotipos que estén adaptados a condiciones ambientales adversas o que sean portadores de genes de resistencia a plagas y enfermedades. Información valiosa para el mejoramiento genético y que eventualmente, podrían ser transferidos al germoplasma cultivado a través de cruzamientos dirigidos. En este sentido, los recursos genéticos se han convertido en un patrimonio invaluable para los países que los poseen y hoy en día se han transformado en un recurso estratégico a nivel mundial y para Chile en particular. El país es un importante centro de la diversidad biológica del mundo, tanto por el alto número de especies endémicas con las que cuenta, como por la alta diversidad que ellas poseen debido a su adaptación a los distintos ambientes que el país tiene. En números, de las 5.105 especies de plantas presentes en Chile, el 51,5% es endémica, es decir, sólo se encuentran en el territorio nacional. Ambas características hacen de Chile un país interesante como fuente de recursos genéticos y para resguardar este material el Ministerio de Agricultura ha encargado al Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) la conservación y el uso sostenible de los mismos. Para cumplir con la responsabilidad el INIA cuenta con una red de bancos de germoplasma distribuidos desde la región de Coquimbo hasta la región de La Araucanía, en los que tiene conservadas especies cultivadas y sus congéneres silvestres. Las muestras se colectan y guardan como semillas, tejido vegetal o plantas enteras y como parte de las actividades del banco, son caracterizadas y evaluadas morfológica, genética, agronómica, bioquímica y molecularmente, dejándolas disponibles tanto para la investigación y el mejoramiento genético, como para reintroducirlas en sitios donde han desaparecido. Actualmente, el 20% del material conservado en los bancos fitogenéticos se encuentra con documentación asociada al sistema Grin Global, información a la que se puede acceder  a través de la página web de INIA (www.inia.cl).

Javier Chilian

Subdirector de investigación y desarrollo

INIA Quilamapu