Japón cancela alerta de Megaterremoto pero advierte: "El riesgo sigue latente"

Este jueves, el gobierno japonés informó la cancelación de la alerta por un posible "megaterremoto", emitida hace una semana tras un sismo de magnitud 7,1 que sacudió el sur del país, dejando 15 heridos.

Las autoridades han instado a los ciudadanos a "volver a una vida normal", aunque advierten que el peligro de un gran terremoto sigue latente.

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El ministro de Gestión de Desastres, Yoshifumi Matsumura, declaró: "Como no se ha detectado ninguna anomalía en la actividad sísmica ni en la deformación de la corteza terrestre, el llamado especial a una atención particular terminó, pero esto no significa que el riesgo haya desaparecido".

Asimismo, Matsumura instó a la población a continuar tomando precauciones y a mantenerse vigilantes ante la posibilidad de un megasismo que podría ocurrir "en cualquier momento y en cualquier lugar".

Cabe recordar que la alerta fue activada por la Agencia Meteorológica Japonesa el pasado jueves, después del fuerte sismo, generando un estado de alerta nacional. La advertencia se centró en la fosa submarina de Nankai, una zona conocida por su alta actividad sísmica, situada entre dos placas tectónicas en el océano Pacífico. Esta zona ha sido escenario de terremotos históricos, con magnitudes superiores a 8.

El anuncio de la alerta provocó una serie de reacciones en cadena: miles de reservas turísticas fueron canceladas, los supermercados se vieron desbordados por personas comprando provisiones, y el primer ministro Fumio Kishida suspendió un viaje previsto a Asia Central para estar disponible en caso de emergencia.

Aunque la alerta ha sido levantada, la Agencia Meteorológica subrayó que "la probabilidad de que ocurra un nuevo temblor sigue siendo más elevada que en tiempos normales, pero esto no significa que se vaya a producir con certeza".

De esta manera, el gobierno japonés ha estimado que hay un 70% de posibilidades de que en los próximos 30 años se produzca un gran terremoto en la región, con potencial para causar hasta 300.000 muertes en el peor de los escenarios.

A pesar de la cancelación de la alerta, el llamado a la prudencia sigue siendo vital para la seguridad de la población japonesa.

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