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Con la llegada de diciembre, Antuco vuelve a conectarse con una de sus prácticas más tradicionales: el inicio de las veranadas, periodo en que las familias ganaderas trasladan su ganado hacia la alta cordillera en busca de mejores condiciones de pastoreo.
Esta práctica ancestral —vigente por siglos en el territorio cordillerano de Biobío— marca también el calendario de actividades con que la comuna recibe la temporada estival.
El encargado municipal de Turismo, Jorge Rubilar, detalló que la programación principal será la Fiesta del Arriero, a realizarse este sábado 6 de diciembre, desde las 9:00 horas en la Plaza de Antuco, con un arreo abierto a vecinos, visitantes y turistas. El recorrido se extenderá por varios kilómetros y dará paso a una jornada completa de actividades típicas. "Personas no solo de Los Ángeles, sino de toda la provincia y quienes se encuentren en la zona pueden venir y participar durante toda la jornada", sostuvo.
La fiesta se prolongará hasta cerca de la medianoche, con presentaciones artísticas, música en vivo, artesanía, concursos campesinos y juegos ecuestres. "No solamente va a haber un arreo, sino que también un show, gastronomía campesina, artesanía local, juegos típicos y, por cierto, juegos ecuestres", comentó Rubilar. Entre los platos más esperados destaca el tradicional cordero al palo, preparado por comunidades y expositores locales.
Rubilar enfatizó que esta celebración tiene un sentido mayor para la comuna. "Antuco es una comuna con raíces arrieras", recordó. En la actualidad, funcionan dos agrupaciones dedicadas a la ganadería de montaña, cuyos socios participan activamente en la temporada. "Esta fiesta da el vamos a la temporada de veranadas", señaló.
La programación del fin de semana incluirá además otro atractivo turístico y cultural: el Festival de Danza Latinoamericana, que se desarrollará el sábado y domingo en la Plaza de Antuco. El evento, con entrada liberada, reunirá música en vivo, presentaciones folclóricas y delegaciones locales e invitadas.
"Es un espectáculo lleno de ritmo, colores y tradiciones. Una actividad cultural al aire libre, abierta para todos", detalló Rubilar, quien invitó tanto a familias angelinas como a quienes visiten el Parque Nacional Laguna del Laja o los senderos cordilleranos a sumar esta experiencia a su recorrido.
La tradición arriera sigue siendo una actividad viva en Antuco. Consultado sobre cómo se mantiene vigente el oficio, Rubilar explicó que el traspaso de conocimientos se produce principalmente en los hogares. "Los niños crecen acompañando a sus padres y abuelos en las veranadas, aprendiendo a leer la montaña, a tratar a los animales y a moverse por las huellas tradicionales", expresó. Es un aprendizaje práctico, "que se vive, no que se enseña en salas".
Desde la municipalidad se busca reforzar ese proceso a través de la participación de las agrupaciones en fiestas costumbristas y actividades comunitarias. "Tratamos de dar espacio a estas tradiciones para que las nuevas generaciones reconozcan el valor de este oficio que nos identifica como territorio de montaña", afirmó.
Rubilar manifestó que las demostraciones ecuestres y el arreo expresan la esencia del antucano. "El arreo y los juegos ecuestres muestran la relación profunda con el caballo, la destreza en el terreno cordillerano y el esfuerzo familiar que hay detrás de cada veranada", explicó.
Con el arranque de la temporada es habitual ver a las familias conduciendo su ganado hacia los pastizales altos. "Cuando empiezan la veranada vemos pasar el ganado rumbo a la cordillera. Se siente esa identidad viva: trabajo duro, comunidad y una forma de vida que se ha mantenido por generaciones", agregó.
Actualmente, en Antuco existen dos agrupaciones formales de arrieros, con unos 25 socios cada una. Sumando a crianceros independientes y sus familias, la cifra asciende a cerca de 100 personas vinculadas directamente al oficio. "En total deben ser fácilmente unas 100 personas ligadas a la actividad", indicó.
RECONOCIMIENTO NACIONAL
El rol histórico de los arrieros fue reconocido en noviembre de 2023, cuando la Red de Ganaderos de Camélidos Sudamericanos del Territorio Andino y los Arrieros de Antuco recibieron un reconocimiento oficial como Patrimonio Cultural Inmaterial de Chile, otorgado por el Ministerio de las Culturas. La distinción destacó su conocimiento del clima cordillerano, las rutas ancestrales y el traspaso oral de prácticas que se mantienen desde hace siglos.
En esa ocasión, Javier Sepúlveda, presidente de la agrupación local, expresó: "Ser patrimonio para nosotros es algo muy importante. Todo el pueblo de Antuco viene de familias arrieras. Estamos orgullosos de conservar esta tradición para que no muera en el tiempo".
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