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La Tribuna

Procesión de la Purísima: La peregrinación que mantiene viva la fe del territorio

por Glenda V. Ahumada Gutiérrez

La Virgen María traída desde España en el siglo XVII motiva a miles de fieles a peregrinar hasta una tranquila localidad por el día de la Inmaculada Concepción.

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El año pasado la situación sanitaria obligó a miles de creyentes a restarse de la tradicional procesión de la Purísima Virgen María, actividad religiosa que tiene lugar en diversos santuarios del país, cada 8 de diciembre.

La fiesta por la Inmaculada Concepción se realiza en la localidad de San Carlos Purén, sector rural ubicado a 12 kilómetros al sur de Los Ángeles.

Se trata de la mayor festividad católica de la Diócesis de Santa María de los Ángeles que, cada año convoca a miles de peregrinos, de los cuales varios cientos llegan a caballo.

Para este año, el párroco del Santuario de la Purísima de San Carlos Purén, el sacerdote Iván García, hizo anuncios importantes respecto de la popular celebración religiosa, ya que las restricciones de la autoridad de salud han retrocedido, dando lugar así al reencuentro de la comunidad católica.

En lo sustantivo, el templo abrirá sus puertas a las 6:30 de la mañana con la primera misa en el Campo de Oración y culmina a eso de las 19:30 horas, totalizando ocho misas.

La tradicional procesión de la Virgen, que se lleva a cabo después de la misa del mediodía, será presidida por monseñor Felipe Bacarreza, obispo de la Diócesis de Santa María de Los Ángeles, misa que puntualmente es la más concurrida, para luego dar inicio a la procesión.

Según explicó el padre Iván García, la procesión significa sacar del templo la imagen de la Virgen y realizar un recorrido por los alrededores de la localidad de San Carlos, instancia en la que cientos de fieles escoltan la figura y realizan tradicionales saludos con pañuelos blancos mientras rezan el santo Rosario.

Por otro lado, el mayor Matías Palomino, comisario de la Primera Comisaría de Los Ángeles dijo que los servicios que se van a sumar a las operaciones del Retén San Carlos comenzarán el día miércoles 7 de diciembre en horario nocturno, donde personal motorizado y de servicio permanente se ubicarán en los cruces y pasarelas peatonales de la localidad con el objetivo de brindar seguridad a los asistentes a la actividad que comienzan en la noche.

Junto con ello, el oficial agregó que también se coordinó con personal de la Concesionaria El Bosque para que puedan apoyar el control con patrulleros y además colaborar con la puesta de conos en la berma. Para el día siguiente, el jueves 8 se contará con un plan de contingencia especial, en conjunto con personal del municipio, la seremi de Salud, quienes fiscalizarán la venta de comida y funcionarios de la seremi de Transportes, quienes fiscalizarán vehículos.

LA HISTORIA

La imagen de la Virgen María de la localidad de San Carlos de Purén, situada unos 12 kilómetros al sur de Los Ángeles, está íntimamente ligada a la época colonial en una temporada marcada por el límite fronterizo que representa el río Biobío.

Es que justamente mirando hacia este curso fluvial se sitúa el fuerte hispano, monumento histórico desde 1976, que dio origen al poblamiento de los años siguientes, siempre ligado a la imagen religiosa.

La peregrinación masiva de los feligreses católicos en su tiempo fue una manera de marcar presencia en un ambiente especialmente hostil debido a la presencia del poderoso imperio español, que por esos años dominaba justamente el mismo territorio teniendo como límite el río Biobío.

Respecto a la figura religiosa de la Inmaculada Concepción, esta fue traída directamente de España en el siglo XVII por un grupo de militares destinados a la Capitanía General del Reino de Chile.

De ahí, inició un viaje que la llevó por un tiempo a varios lugares en la frontera hispana, como Nacimiento, Bureo, Concepción y en Purén, antes de quedarse definitivamente en San Carlos.

Según cuenta la historia, pasada la mitad del siglo XVIII, la figura llegó hasta la localidad ribereña del Biobío, llamada en esos años Purén Nuevo, con la finalidad de distinguirlo de Purén Viejo que se encuentra ubicado en la cordillera de Nahuelbuta, entre las provincias de Malleco y Biobío.

Los permanentes levantamientos indígenas, conocidos como malocas, obligaron a trasladar a la población y a la imagen desde una ribera del Biobío a otra.

La situación comenzó a calmarse a fines del siglo XIX, junto con el avance del ejército chileno que se internó en las tierras de la nación mapuche, borrando para siempre la frontera natural que fue el río.

Lo anterior permitió que la villa de San Carlos se situara en su actual emplazamiento, consolidando una población en su entorno. Finalmente, ahí se quedó  la imagen de María que empezó a ser conocida popularmente como la Purísima de San Carlos de Purén, dependiente de la Diócesis de Santa María de Los Ángeles, la cual se venera y celebra el 8 de diciembre de cada año.

Su importancia es tal que hace varios años atrás, el mismísimo padre Pío visitó el lugar para un Vía Crucis, quedando atónito por la pureza de su rostro pálido, su manto blanco y la imponente corona que lleva en su cabeza.

EL LARGO VIAJE DE LA VIRGEN

La imagen fue traída a Chile desde España en el siglo XVI y han sido varias  las ciudades privilegiadas de recibirla.

Primero estuvo en Nacimiento, por el año 1625 donde acogió sus primeras veneraciones, luego estuvo en Bureo al sur de Cautín, y más tarde fue trasladada hasta Purén, donde estuvo hasta 1723 y unos años más tarde volvió a Nacimiento.

Sin embargo, la Virgen quedó en San Carlos de Purén cuando el gobernador Ambrosio OHiggins reconstruyó el fuerte en 1776. Desde ahí en adelante, esta localidad ha sido el hogar y el resguardo de la imagen sagrada.

EL SANTUARIO                          

A 12 kilómetros de Los Ángeles está San Carlos de Purén, un sector rural, que se identifica por sus costumbres tanto religiosas como culturales.

Viajando por la Ruta 5 Sur, puedes llegar hasta la pequeña localidad donde se encuentra la conocida parroquia.

Al ingresar se pueden apreciar cuadros de pasajes y hechos importantes de la Biblia, un Cristo cargando la cruz y una virgen rodeada de esculturas.

Allí se encuentra la Virgen, rodeada de flores y manteles que la hacen estar en un altar. Hay un cartel con la oración que todos los visitantes deben pronunciar en una visita.

La plegaria es muy particular, ya que todos los habitantes de la zona aportaron con un granito de arena para su redacción.

IDENTIDAD CAMPESINA

Ancianos, jóvenes, adultos y niños son los tradicionales asistentes a la celebración del 8 de diciembre, sin embargo, lo que más llama la atención son los jinetes, montando sus caballos.

Un gran grupo se desplaza por la noche, para llegar a galope hasta el campo santo. Ahí, el obispo los bendice y luego realiza la eucaristía correspondiente.

Ellos realizan esta procesión,  para dar gracias y venerar a la Virgen por las buenas cosechas que obtuvieron durante el año. Pese a lo novedoso que resulta para algunos, esta procesión no escapa de la realidad ya que la zona se caracteriza por ser agrícola-ganadera. Los campesinos se amparan en la Virgen para que sus negocios  sean prósperos.

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