Educación

Mejor atención y convivencia: el balance de los colegios angelinos que ya prohibieron el uso de celulares

Mientras la nueva ley avanza hacia su promulgación, varios colegios de la provincia ya viven el impacto de estudiar sin pantallas: mejoras en convivencia, menos conflictos y más interacción cara a cara, aunque con desafíos que exigen trabajo conjunto entre escuelas y familias.

Mejor atención y convivencia: el balance de los colegios angelinos que ya prohibieron el uso de celulares, La Tribuna
Mejor atención y convivencia: el balance de los colegios angelinos que ya prohibieron el uso de celulares / FUENTE: La Tribuna

Desde marzo de 2026 los celulares quedarán prohibidos durante actividades curriculares en todos los colegios del país.

La discusión llevaba años rondando en salas de clases, reuniones de apoderados y pasillos escolares.

Pero ahora, con la aprobación del Congreso, ya es un hecho: desde marzo de 2026 los celulares —y cualquier dispositivo capaz de conectarse a internet— quedarán prohibidos durante las actividades curriculares en todos los colegios del país.

La Cámara de Diputados aprobó con amplia mayoría la iniciativa que busca ordenar el ambiente escolar, mejorar la concentración y reducir conflictos generados por el uso de pantallas. Con esto, el proyecto quedó listo para su promulgación y su entrada en vigencia oficial en el inicio de clases de 2026.

Sin embargo, aunque la ley se aplicará formalmente desde el próximo año, en varias comunidades educativas de la provincia de Biobío la transformación ya comenzó. Y, como suele ocurrir en educación, la realidad en terreno muestra matices, resistencias y aprendizajes.

¿QUÉ DICE LA NUEVA LEY?

La normativa prohíbe el uso de dispositivos móviles —celulares, smartwatches y aparatos de comunicación personal— durante las actividades curriculares en educación básica y media. El plazo para que los colegios actualicen sus reglamentos vence el 30 de junio de 2026, aunque muchos ya comenzaron ese proceso en años anteriores.

A pesar de las prohibiciones, existen ciertas excepciones para casos particulares: emergencias de salud o familiares, necesidades educativas especiales certificadas, condiciones de salud que requieran monitoreo, actividades pedagógicas específicas y razones fundadas de seguridad solicitadas por los apoderados, las cuales deben ser previamente autorizadas por el director del establecimiento.

Para enseñanza media, la norma permite abrir espacios y horarios regulados para su uso, considerando la autonomía progresiva de los adolescentes.

UN CAMBIO CULTURAL

El seremi de Educación del Biobío, Carlos Benedetti, valoró la aprobación del proyecto y recalcó que la medida no se limita a "guardar el celular en la mochila", sino que busca impulsar un giro cultural.

"La idea no es demonizar la tecnología, sino enseñar a usarla bien, en los tiempos que corresponde. Por eso la ley instala una campaña anual para educar sobre los riesgos del uso inadecuado y resguardar los derechos de la niñez", explicó.

En esa línea, informó que "el Ministerio de Educación también está proponiendo incorporar con fuerza conocimientos, habilidades y actitudes relacionadas con el uso y comprensión de las tecnologías digitales y sus efectos tanto en las personas como en la sociedad".

COLEGIO TERESIANO: "ES UNA LUCHA, PERO VALE LA PENA"

El director del Colegio Teresiano de Los Ángeles, Joaquín Cabezas, sabe de primera mano lo difícil que puede ser implementar una prohibición de esta magnitud. Este año ampliaron su restricción interna —que antes llegaba solo hasta sexto básico— a todo el colegio, incluyendo los horarios de recreo. Y según la autoridad escolar, "el camino no fue fácil".

"Ha sido una pelea constante. Sería muy poco honesto decir que funcionó al 100%, porque no es así. Los chiquillos sienten el teléfono casi como una necesidad, y está demostrado que genera adicción", admite. Aun así, insiste en que los resultados justifican el esfuerzo: más concentración, mejor convivencia y estudiantes que vuelven a relacionarse cara a cara.

EL ROL DE LAS FAMILIAS EN EL PROCESO

Para Cabezas, el éxito de la medida depende críticamente del compromiso familiar. "No sacamos nada con que el colegio regule si en la casa pasan cuatro o cinco horas frente al celular. Esta ley tiene que venir acompañada de competencias parentales. Si no estamos todos alineados, la medida pierde fuerza", precisó.

Sobre los aprendizajes, el director reconoce que la prohibición también permite "abrir espacio a los más tímidos", dado que, a su parecer, "las pantallas son una barrera para interactuar. Quitar esa barrera hace que los que tienen menos herramientas sociales las practiquen y las desarrollen. El encuentro humano es necesario".

WOODLAND: DOS AÑOS DE EXPERIENCIA POSITIVA

En el Colegio Inglés Woodland de Los Ángeles, la visión es similar, pero con una ventaja: llevan dos años experimentando esta implementación. Según palabras de su director, Rodrigo Godoy, la decisión tomada en 2023 marcó un antes y un después.

"La mejora en atención y participación es evidente. También cayó drásticamente el conflicto derivado de redes sociales: fotos, comentarios, chats... todo eso disminuyó enormemente", cuenta.

De prekínder a sexto básico no se puede portar ni usar celulares. De séptimo a cuarto medio pueden portarlo, pero no usarlo ni en clases ni en los espacios comunes.

"Buscamos que los estudiantes conversen, jueguen y se muevan. En los recreos ahora se ven juegos de mesa, diálogos, grupos riéndose... cosas que antes eran muy excepcionales", dice Godoy, quien destaca que la intención no es satanizar la tecnología, sino encauzarla.

En cuanto a los apoderados, el director señala que el apoyo ha sido mayoritario: "Cerca del 90% estuvo de acuerdo desde el principio. Siempre habrá un grupo menor que piensa que es exagerado, pero con la llegada de esta ley se valida lo que venimos haciendo".

Pese a las diferencias entre establecimientos, hay un consenso transversal: la prohibición por sí sola no basta.

"Ninguna ley funciona si no están todos los actores alineados", resume Cabezas. Godoy coincide: "Impedir el uso no es para castigar, es para que se concentren, mejoren sus aprendizajes y recuperen habilidades sociales".

Etiquetas:




matomo