Deserción escolar: Una problemática en aumento dentro de la educación chilena

De acuerdo con las cifras entregadas por la Seremi de Educación del Biobío, a nivel regional durante 2019, un total de 54 mil 668 (19 %) estudiantes tuvieron una inasistencia grave, es decir, que en promedio, asistieron a menos del 85 % de sus clases. Esta cifra fuera de decrecer, evidenció un aumento considerable; sin ir más lejos, durante 2022, el 37 % de los alumnos matriculados en establecimientos educacionales del país tuvieron inasistencia grave, lo que correspondió a más de 100 mil niños, niñas y/o adolescentes.

Asimismo, entre 2021 y 2022 fueron desvinculados o retirados de forma indefinida de sus instituciones un total de 2.927 estudiantes en la región del Biobío, lo que da cuenta de una incidencia del 1,1 %. No obstante, según el Ministerio de Educación, a nivel nacional se registraron más de 50.000 alumnos desvinculados en el mismo periodo de tiempo.

UNA APRECIACIÓN EXPERTA

Para comprender el panorama desde una perspectiva especializada, diario La Tribuna contactó a Camila Concha, psicóloga Infanto Juvenil de la Clínica Las Condes, quien explicó que la génesis de esta problemática nacional guarda relación directa con múltiples factores, entre ellos, el ambiente en el que los estudiantes se desenvuelven.

"Esto es un problema multicausal, no se puede hablar solamente de un solo origen. Hay que tener una perspectiva más bien sistémica, donde se pueden encontrar elementos sociales, económicos, y otros de índole más íntima, como causas familiares y personales (...) No se puede hablar de este fenómeno sin desconocer los aspectos sociales y estructurales", comentó la experta.

De acuerdo con Camila Concha, "entre las causas individuales del abandono escolar hay una relación directa con la familia. Según los estudios es más probable que ocurra deserción escolar en hogares donde los padres no llegaron, por ejemplo, a los estudios universitarios (...) Existen otras situaciones como familias multiproblemáticas asociadas, en ocasiones, a divorcios, separaciones, enfermedades graves de algún familiar o consumo de drogas. Esto repercute en que los hijos se ausenten de clases o, derechamente, que abandonen el ámbito escolar".

"En cuanto a lo individual, esto guarda relación con la salud mental. Existen casos en que los estudiantes están viviendo algún cuadro depresivo o ansioso, y se opta por hacer abandono del establecimiento escolar. También se puede registrar desmotivación en cuanto al contexto escolar, lo que puede estar gatillado por casos de bullying. Lo que a su vez, genera ausentismo como una manera inmediata de solucionar o alejarse de este problema", añadió la psicóloga.

LA IMPORTANCIA DEL AULA

Sin dudas la educación es parte fundamental en la vida de cualquier persona, no por nada está establecida como un derecho humano. En ese sentido, la entrevistada destacó el rol que cumplen las instituciones de educación en la sociedad: "El establecimiento escolar cumple dos grandes funciones, una es el traspaso objetivo de materia en un sentido pedagógico y académico, pero la otra función, que es igual de importante, es la de socialización esto conlleva el compartir la mayor parte del día con pares etarios".

"Entonces, no solamente se truncan los procesos de aprendizaje respecto a los contenidos académicos cuando el niño se ausenta, sino que también se ve afectado el proceso de desarrollo socioemocional, las competencias socioemocionales, la entrega de valores sociales o de prácticas de estrategias de desenvolverse en el área social. Por ejemplo, manejar la tolerancia a la frustración se aprende en contacto directo con otras personas", complementó.

Asimismo, Camila Concha hizo hincapié en que "también se ha visto que el ausentismo escolar tiene relación con el ingreso a conductas delictivas. Esto a raíz del tiempo de ocio, de ausencia de regulación y de un modelaje positivo por parte de un grupo social que esté regulando el comportamiento".

CÓMO ACTUAR Y REVERTIR LOS ESTRAGOS DE LA PANDEMIA

En palabras de la especialista, "la pandemia contribuyó notoriamente al ausentismo escolar (...) muchas veces los estudiantes con menores recursos no se pudieron conectar a las clases on line, ya que no tenían los recursos económicos o tecnológicos para poder cursar las clases y eso llevó a que optaran por trabajar para llevar sustento a la familia".

En ese sentido, existe una responsabilidad primordial en el círculo más cercano del estudiante a la hora de evitar conductas asociadas a la deserción escolar. "A nivel nuclear, es decir, padres y profesores que están en contacto directo con los estudiantes, tiene que estar atentos a todas las actitudes o dificultades que se puedan apreciar. Esto para poder brindar una ayuda o motivación temprana, evitando que los alumnos comiencen a desistir de los estudios", planteó.

"Siempre voy a recomendar la comunicación. Sé que es difícil en los colegios, porque se suele tener grupos muy grandes de estudiantes por curso, pero ojala los funcionarios y, por supuesto, las familias, puedan estar atentos a lo que está ocurriendo en cada estudiante y se visualice las desmotivaciones que son alertas de abandono escolar, como tener una asistencia intermitente o una disminución del rendimiento académico. La idea es contener esta situación a tiempo para poder tener un encuentro personal con el estudiante y motivar desde ahí", añadió.

Por último, la psicóloga Infanto Juvenil de la Clínica Las Condes, enfatizó en que "como sociedad es importante no brindar la noción a los alumnos de que ellos deben colaborar también en la economía del hogar. Muchas veces en los sectores más vulnerables, esto ocurre. Y finalmente el estudiante termina optando por abandonar el colegio para trabajar y generar ingresos. Se entiende que se busca una satisfacción de necesidades inmediatas, pero a la vez es bastante adultocéntrica, en cuanto a que se priva a los niños de su responsabilidad estudiantil".

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