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¿Cómo saber si mi hijo es víctima de bullying?: Experta entregó las señales clave

por Nicolás C. Muñoz Díaz

A pesar de que los padres, tutores y/o apoderados tengan buena comunicación con el estudiante, los hechos de violencia escolar suelen ser escondidos por los niños agredidos por temor o vergüenza.

pexels-rodnae-productions-6936327 / Foto de RODNAE Productions: https://www.pexels.com/es-es/foto/sentado-colegio-joven-nino-6936327/

La violencia escolar es un tema que ha dado que hablar en los últimos años, a raíz de los diversos hechos de bullying que se originaron una vez que los estudiantes retornaron a la presencialidad luego del periodo de clases en línea, gatillado por la pandemia de coronavirus en sus meses más álgidos. Una situación que preocupó y sigue preocupando a las autoridades de Educación que han visto las altas cifras de denuncia por temas que guardan relación directa con la violencia en las salas de clases.

Sin ir más lejos, de acuerdo con la información facilitada por la Seremi de Educación del Biobío a diario La Tribuna, durante 2022 la Superintendencia de Educación (Supereduc) registró 1.318 denuncias dentro de la región del Biobío por “maltrato a párvulos y/o estudiantes”. Situación que este año, presumiblemente, no será muy distinta, ya que hasta el 15 de marzo se han registrado 21 denuncias por situaciones similares en la Dirección Regional de la Supereduc.

En muchos de estos casos los apoderados no dan cuenta de las agresiones que sufren sus pupilos, tal como es el caso evidenciado por diario La Tribuna en marzo de este año, donde un estudiante del Colegio Santo Tomás fue agredido por sus compañeros desde 2021 y su tutor se enteró un año después a través de una consulta psiquiátrica a la cual acudió con la víctima.

En ese contexto, el equipo de prensa se contactó con Camila Concha, psicóloga infanto-juvenil del Departamento de Psiquiatría Infantil de la Clínica Las Condes, para comprender, por un lado, cuál es el origen de las agresiones al interior de un aula y, por otro lado, poder reconocer algunas señales que pueden dar los niños a sus padres cuando son víctimas de bullying.

LA GÉNESIS DE LA VIOLENCIA

“Al hablar de bullying nos enfocamos en las víctimas, lo que es muy importante, pero se suele omitir que quienes cometen bullying también están sufriendo y evidenciando un desarrollo socio emocional alterado (...) Algo que se asocia a una deficiencia en las habilidades parentales de los padres o cuidadores. Muchos de estos bullies o agresores han sido testigos o son víctimas de violencia en sus domicilios, por lo que normalizan esta conducta agresiva”, comenzó explicando la entrevistada.

No obstante, hay otros casos en que la víctima pasa a ser victimario con otros pares, situación conocida como bully víctimas. “Estos son niños que también están sufriendo bullying y se transforman en bullies”, comentó Concha, agregando que estos hechos son producto de la pérdida de control en la vida del niño agredido, lo que genera que para recuperar su “poder”, comience a ser violento con otros compañeros al margen de la situación original. “Esto genera a futuro un efecto dominó de prácticas violentas”, añadió.

¿CUÁLES SON LAS SEÑALES DE ALERTA?

De acuerdo con la psicóloga, en la mayor parte de los casos de estudiantes que sufren bullying se identifican señales que van más allá de un relato explícito. “La víctima suele tener temor, vergüenza o miedo de recibir un reto al contar lo que le está sucediendo. Además, si consideramos que en Chile las aulas suelen estar compuestas por muchos estudiantes, esto genera que los equipos escolares no estén al tanto de todas las situaciones”, aseveró.

En palabras de la experta, “la primera evidencia suele ser algún tipo de cambio en la actitud, en la conducta o en las emociones. Por ejemplo, hay niños que comienzan a manifestar un deseo de no ir a clases sin motivo aparente (...) Existen casos en que se ven estados de ánimos alterados con tristeza o enojo, en especial en niños más pequeños, mientras que en estudiantes más grandes se ha notado tristeza profunda o angustia”.

Otras señales mencionadas por la entrevistada son: la existencia de problemas de salud somáticos sin explicación física, pérdida de control del esfínter, disminución en el rendimiento escolar, distanciamiento social, pesadillas y trastornos del sueño. “Y, por supuesto, están los casos más explícitos en que los estudiantes presentan lesiones en el cuerpo”, siendo esta la prueba que hace reaccionar tardíamente a los apoderados.

¿CÓMO ACTUAR FRENTE A UN CASO DE BULLYING?

De acuerdo con Camila Concha, “lo primero es entregar confianza a los niños, demostrando una disposición a escuchar y evitando minimizar las vivencias”, siendo esto un punto importante, ya que, según comentó la entrevistada, hay casos en que los estudiantes sufren de bullying psicológico y su relato es minimizado por sus tutores manifestando que ‘mientras no haya golpes no es tan grave’, “eso es un error absoluto, ya que debemos validar las emociones del afectado”, aclaró.

“Mi recomendación es que los apoderados se acerquen al establecimiento de educación para exigir acciones inmediatas por parte de la institución, las cuales deben estar establecidas en un protocolo ante casos de bullying (...) He visto padres que en la desesperación quieren ir al colegio a confrontar ellos a los agresores, lo que termina siendo contraproducente, porque el mensaje que se termina creando es ‘esto se resuelve con más agresividad y violencia’”, finalizó Camila Concha, psicóloga infanto-juvenil del Departamento de Psiquiatría Infantil de la Clínica Las Condes.

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