Elección de diputados: ahora es el tiempo de cumplir

La ciudadanía del distrito 21 —integrado por las provincias de Biobío, Arauco y Lota— eligió ayer a quienes los representarán desde el 11 de marzo de 2026 y por los cuatro años siguientes en la Cámara de Diputados y Diputadas de Chile. De esta forma, se cierra un ciclo electoral, pero se abre otro mucho más exigente: el del cumplimiento de lo comprometido.

Los electores votaron no solo por personas, sino también por proyectos, por miradas de país y por la expectativa de que quienes nos representen en el Congreso entiendan que este territorio no tolera más promesas que se disuelven en los pasillos de Valparaíso.

Porque ser diputado por el distrito 21 implica asumir una responsabilidad con un territorio que enfrenta, al mismo tiempo, oportunidades extraordinarias y problemas estructurales. Implica, sobre todo, comprender que aquí se requiere un trabajo legislativo serio, presencia permanente y una capacidad real de incidir en decisiones nacionales que afectan directamente nuestra vida cotidiana.

En particular, la provincia de Biobío sostiene parte importante de la cadena forestal, agroindustrial, energética y de comercio del sur del país. Se trata de un territorio empresarialmente robusto, pero institucionalmente postergado. Por ello, la agenda de los nuevos diputados debe considerar, sin ambigüedades, la competitividad regional: modernización de infraestructura, conectividad vial y digital, incentivos tributarios a la inversión local, fortalecimiento de la matriz productiva y una ofensiva legislativa que permita que los territorios que generan riqueza puedan retener parte de ella.

El Congreso no puede seguir legislando como si Chile fuera solo Santiago. Quien representa al distrito 21 debe pelear por que los grandes debates económicos y sociales tengan una lectura territorial, con foco en la realidad de nuestras comunas.

Un segundo eje es ineludible: enfrentar legislativamente la violencia rural. La macrozona sur —y en particular las provincias de Biobío y Arauco— vive un deterioro que ya dejó de ser coyuntural. Las quemas, las usurpaciones, las amenazas y los ataques a contratistas, transportistas y faenas productivas no son solo hechos policiales; son un obstáculo directo al desarrollo y una herida permanente para miles de familias.

Los diputados del distrito 21 deben entender que no basta con declaraciones. Aquí se exige liderazgo para perfeccionar las leyes de seguridad, proteger a las víctimas, sancionar efectivamente la violencia y garantizar que el Estado ejerza control territorial. Se necesitan parlamentarios que presionen para que la seguridad rural sea una prioridad nacional y no un tema dependiente del ánimo político del Gobierno de turno.

Los candidatos electos tienen ahora la palabra. A ellos les corresponde demostrar que no llegaron para gozar de la comodidad del cargo, sino para honrar un mandato que es decisivo para nuestro futuro como provincia, distrito y país.