Editorial

Día del Profesor

profesor, educación, Pixabay
profesor, educación / FUENTE: Pixabay

De acuerdo con el último "Análisis descriptivo de la base de cargos docentes" del Centro de Estudios del Ministerio de Educación, la región del Biobío cuenta con 26.715 docentes que desempeñan labores para un universo de 312.977 estudiantes. Dicho total es cercano al 10% del total de profesores del país. En la provincia de Biobío, una cifra cercana a los 5.000 docentes ejerce en un territorio caracterizado por la dispersión de escuelas rurales, y más de la mitad de ellos atienden a 25.000 alumnos en contextos de alta complejidad. Estos datos reflejan la magnitud de un sistema que opera bajo condiciones que dificultan su sostenibilidad.

La labor docente trasciende la transmisión de conocimientos y, como sabemos, los profesores tienen la labor de guiar a sus estudiantes en el desarrollo personal, social y emocional, y de inculcar valores como el sentido del deber y la honestidad intelectual. Esta función tiene raíces históricas en el profesorado chileno, vinculadas al cuidado de lo público y al acceso universal a la educación.

No obstante, actores como el Consejo de Rectoras y Rectores de Chile han planteado que existe una falta de interés en estudiar pedagogía y una deserción temprana de los recién egresados. A nivel mundial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reporta que se necesitan 44 millones de docentes para satisfacer la demanda educativa, y Chile no es excepción.

Las causas son medibles: la pedagogía no ofrece el mismo retorno económico que otras profesiones, lo que muchas veces obliga a esperar 10, 15 o más años para acceder a recursos que permitan, por ejemplo, adquirir un bien raíz básico. Muchos docentes abandonan la profesión en los primeros años debido a la precariedad de los espacios en que deben enseñar, al deterioro de la infraestructura y a la insuficiencia de los recursos disponibles para la pedagogía.

Las estrategias internacionales para enfrentar esta crisis se han centrado en la disposición de salarios competitivos, en el fortalecimiento del liderazgo escolar y en la revisión del exceso de tareas administrativas para centrarse en el aprendizaje. El desafío no es solo atraer nuevos estudiantes a pedagogía, sino retener a los recién egresados mediante políticas que equilibren vocación con condiciones dignas de trabajo.

El Día del Profesor, que conmemora la fundación del Colegio de Profesores en 1977, es en primera instancia una oportunidad para agradecer la labor docente. Pero el reconocimiento simbólico debe traducirse en políticas públicas que mejoren las condiciones de quienes día a día dedican su quehacer a formar a las próximas generaciones. Como se ha planteado en diferentes instancias, de la efectividad de ese trabajo dependerá el futuro de nuestro país.

Etiquetas:




matomo