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Plan de Descontaminación Atmosférica

por La Tribuna

Contaminacion Los Ángeles / Fredy Muñoz, archivo La Tribuna

El balance del Plan de Descontaminación Atmosférica 2025 en Los Ángeles trae cifras poco alentadoras para la salud de sus habitantes. Durante el período de Gestión de Episodios Críticos (GEC), la comuna registró 50 episodios críticos, la cifra más alta de los últimos cuatro años, y a pesar de ello la fiscalización directa se redujo drásticamente, lo que derivó en una completa ausencia de sanciones a viviendas.

En 2022, Los Ángeles experimentó 33 episodios críticos, la cifra más baja hasta hoy. Los años siguientes mostraron una tendencia ascendente: 43 episodios en 2023 y 42 en 2024, hasta llegar a los 50 de 2025. Este incremento sostenido indica que la calidad del aire no está mejorando, sino deteriorándose. El aumento se concentra particularmente en alertas y preemergencias, que pasaron de 22 en 2022 a 40 en 2025, mientras que las emergencias se mantuvieron relativamente estables entre 10 y 11 episodios anuales.

La estrategia de fiscalización muestra inconsistencias que dificultan evaluar la seriedad del compromiso institucional. En 2023 se realizaron 874 inspecciones directas a viviendas y se iniciaron 98 sumarios. En 2024, estas cifras cayeron a 229 inspecciones y nueve sumarios. Pero 2025 marca un cambio radical: aunque se contabilizaron 4.639 patrullajes, las inspecciones directas disminuyeron a apenas 138 y, más significativamente, no se inició ningún sumario sanitario contra viviendas.

El discurso oficial atribuye la falta de sumarios a una "mayor adherencia" ciudadana a las restricciones. Esta interpretación, sin embargo, choca con la evidencia empírica. Si la población estuviera cumpliendo mejor las normas, lo esperable sería una reducción de los episodios críticos, no un aumento.

Un estudio de la Universidad de Chile sobre el período 2018-2022 aporta elementos adicionales para comprender la limitada efectividad de las medidas actuales. Una reciente investigación determinó que solo las emergencias ambientales logran reducciones significativas en los niveles de material particulado: 23% para PM10 y 18% para PM2.5. No obstante, los propios autores advierten que incluso estas reducciones resultan insuficientes para alcanzar los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las implicaciones para la salud pública son directas. Los grupos más vulnerables —niños, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias crónicas— enfrentan riesgos incrementados durante períodos más prolongados. El hecho de que 2025 haya registrado 40 episodios de alerta y preemergencia significa que por más de 40 días la población estuvo sometida a restricciones que probablemente no mejoraron sustancialmente su exposición a contaminantes.

Los datos de 2025 llevan inevitablemente a cuestionar si la estrategia actual está funcionando o si, por el contrario, se ha instalado una dinámica de gestión orientada más a proyectar control que a ejercerlo efectivamente. La contradicción entre el aumento de episodios críticos y la desaparición de sanciones sugiere que algo no está funcionando de buena forma.

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