Reciclaje

Es sabido que el reciclaje, práctica instalada de manera paulatina desde la década de los ’90 en nuestro país, desempeña un papel esencial en la gestión sostenible de los recursos, la reducción de la contaminación y la construcción de sociedades más respetuosas con el medio ambiente.

No solo ayuda a conservar los recursos naturales, como madera, minerales y petróleo, al reducir la necesidad de extraer y procesar nuevos materiales, sino que contribuye a la reducción de residuos sólidos, disminuyendo la cantidad de desechos enviados a vertederos y ayudando a evitar la contaminación ambiental.

Asimismo, la fabricación de productos a partir de materiales reciclados a menudo requiere menos energía que la fabricación a partir de materias primas. Esto ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir la huella de carbono, además de crear empleos en la recolección, clasificación, transporte y procesamiento de materiales reciclables.

Pese a todos sus atributos y virtudes, pese a que en Chile, estamos ad-portas de la puesta en marcha de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley REP N° 20.920), poco y nada se ha hecho para comenzar a instalarla como un hábito en la ciudadanía, particularmente en el caso de la comuna de Los Ángeles, que está considerada para su inicio formal a contar de enero próximo.

La ley REP fe concebida como una política pública ambiental que apunta a prevenir la generación de residuos y fomentar la reutilización de ellos.

De acuerdo a la encuesta Cadem "Percepciones y Actitudes de los chilenos y chilenas frente al reciclaje" publicada en 2022, un 80% de los consultados dijo no haber escuchado, visto o leído nada de esta norma. Sin embargo, para poder cumplirla, la ciudadanía tiene que cambiar de hábitos de separación de envases y embalajes en sus cocinas y baños, es decir, dentro de sus casas, lo que implica un desafío y un gran esfuerzo comunicacional a nivel gubernamental, comunal y por supuesto, privado.

En el caso de los envases y embalajes, en septiembre de este año entró en vigencia el cumplimiento de las metas de recolección y reciclaje de la Ley REP, que establece el deber de las empresas de hacerse cargo de los residuos generados en la etapa posconsumo.

Aunque hay empresas que han surgido a propósito de esta normativa y que han procurado la divulgación de estas acciones, tal como lo señalan los datos del estudio de Cadem, poco y nada se sabe de lo que implica un cambio como el descrito.

Según cifras oficiales, solo el 4% de la población recicla, mientras la generación de residuos va al alza (en promedio 1,13 kilos de desechos produce cada persona).

Frente a este panorama, se vuelve urgente empujar acciones que encaminen aquellos cambios en el comportamiento de las chilenas y chilenos con el fin de incentivar el reciclaje. En este sentido, las empresas de gestión tendrán un papel preponderante en la ejecución de campañas de sensibilización de la población respecto de la importancia de reciclar, de la correcta forma de hacerlo y que esta práctica puede ser muy simple.

De igual manera, se necesitamos más colaboración de los municipios sean parte de esta verdadera cruzada que es para ganarle a la basura, reciclando los residuos de envases y embalajes y así contribuir a un desarrollo más sustentable para nuestro país.