De Margot a Paula: Iconos de poder femenino

Este fin de semana, mientras el país conocía y celebraba una serie de hechos noticiosos ligados al deporte, debido a la realización en Chile de los Juegos Panamericanos 2023; ocurrió un hito en materia de equidad de género, digno de resaltar.

Paula Carrasco Bórquez, asumió como la primera mujer en grado de general en la historia de las Fuerzas Armadas de Chile.  Carrasco es oriunda de Santiago e ingresó a la Fuerza Aérea de Chile (FACh) en 1997. Estudió derecho en la Universidad Gabriela Mistral (UGM), donde también obtuvo el título de magíster en Economía y Finanzas.

Asimismo, realizó estudios en Derecho Aeronáutico en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos; Derecho Internacional Humanitario y otro avanzado de Derecho Internacional Humanitario, en el Instituto Internacional de Derecho Humanitario en San Remo, Italia.

Sin duda una carrera impecable y silenciosa, que le permitió -tras los nuevos nombramientos en las ramas de las Fuerzas Armadas- convertirse en la primera mujer general de la FACH, y con ello en la primera mujer de la historia de las Fuerzas Armadas, en alcanzar el alta mando.

Un ícono de poder femenino que sin duda, pasará a la historia de nuestro país no solo por alcanzar un cargo, sino por toda una vida de convicción, entrenamiento y disciplina, sumado a una trayectoria académica de esfuerzo y sabiduría.

Porque es así, como las mujeres conquistan el mundo, con talento, convicción y valor, no solo con un discurso de emancipación.

Como no recordar, con su ejemplo, a otra pionera con alas, quien precisamente en estos días es recordada como una mujer valiosa en la historia de Chile.  Hablamos de Margot Duhalde, la primera piloto en la historia de nuestro país, quien es rostro de un billete conmemorativo por los 280 años de la fundación de Casa de Moneda.

Una mujer que fue capaz de cambiar paradigmas, abrir espacios impensados y ser fuente de inspiración para muchas mujeres.

Sus sueños eran enormes y su pasión irrefrenable. A los 16 años mintió para hacer el curso de piloto de aviación e ingresar al Club Aéreo de Chile, en Santiago. En 1938, cuando aún no cumplía los 18 años se recibió de piloto civil, a pesar de que los instructores estaban reacios en primera instancia a aceptarla.

Obtenidas sus alas, su objetivo era viajar a Europa, y volvió a decir una mentira señalando que iría a Canadá como instructora. Al estallar al Segunda Guerra Mundial, Margot se enlistó en las fuerzas de la Francia Libre al mando del general Charles De Gaulle, en Inglaterra. Desde allí se incorporó en el Cuerpo de Transporte Auxiliar Aéreo, aportando a la causa de los aliados.

A su vuelta a Chile voló en firmas privadas y posteriormente se empleó en el Fuerza Aérea de Chile como controladora aérea, siendo la primera mujer en desempeñar este cargo en el país. Fue honrada por diferentes gobiernos por sus hazañas y su ejemplo, obtuvo la Legión de Honor de Francia por su actuación durante la guerra. 

Tanto Margot como Paula, son ejemplos reales de empoderamiento femenino, donde más que marcar las diferencias, lograron demostrar si bien existen, entre hombres y mujeres, no son limitantes.

Bien por Margot, por Paula, y todas las que vendrán.