Inteligencia artificial en el aula

Hace un par de décadas, hablar de inteligencia artificial parecía demasiado futurista, más propio de las películas de ciencia ficción que de algo propio a nuestra cotidianeidad. Sin embargo, ese futuro es presente.

La inteligencia artificial (IA) se ha comenzado a instalar en los distintos ámbitos de la actividad humana, una de las cuales es la educación. De hecho, la semana pasada más de 70 profesores del Liceo Técnico de Los Ángeles, iniciaron un ciclo de charlas sobre  esta materia aplicada en la docencia.

Es que la utilización de la inteligencia artificial (IA) en el aula puede tener ventajas significativas para el proceso educativo, como lo fue la irrupción de internet en su momento. A modo de ejemplo, la IA puede adaptar el contenido y la entrega de contenidos de acuerdo con las necesidades y habilidades individuales de cada estudiante. Esto permite que avancen a su propio ritmo y se enfoquen en áreas donde necesitan más ayuda, lo que mejora la efectividad del aprendizaje.

Además, las herramientas de IA pueden proporcionar retroalimentación en tiempo real sobre el desempeño de los estudiantes en tareas y evaluaciones. Esto permite comprender sus fortalezas y debilidades al instante, lo que a su vez facilita la mejora continua.

Por otro lado, la inteligencia artificial puede hacerse cargo de tareas administrativas y rutinarias, como la corrección de exámenes de opción múltiple, lo que libera tiempo para que los educadores se concentren en actividades más interactivas y creativas con los estudiantes, además de recomendar y proporcionar contenido educativo personalizado, basado en las preferencias y necesidades de cada estudiante. Esto puede incluir videos, lecturas y ejercicios adaptados a su nivel y estilo de aprendizaje.

Debido a que la IA puede procesar grandes volúmenes de datos sobre el desempeño y el progreso de los estudiantes, esto permite a los educadores identificar patrones, tendencias y áreas donde se necesita intervención adicional para mejorar los resultados.

La IA puede facilitar la colaboración y la comunicación entre estudiantes y docentes, incluso cuando no están físicamente presentes en el mismo lugar. Plataformas de aprendizaje en línea impulsadas por IA pueden fomentar la interacción y el trabajo en equipo en entornos virtuales, propiciando entornos educativos que se ajustan automáticamente el nivel de dificultad y el contenido del material de estudio, según el progreso de cada estudiante, asegurando que estén desafiados pero no abrumados.

La IA puede integrarse en juegos educativos que hacen que el aprendizaje sea más divertido y atractivo para los estudiantes, lo que a su vez puede aumentar su motivación y compromiso.

En suma, se trata de una nueva herramienta tecnológica en vertiginoso crecimiento que está transformando muchas industrias. Al exponer a los estudiantes a la IA desde una edad temprana, se les está preparando para comprender y trabajar en un mundo cada vez más tecnológico.

En síntesis, la inteligencia artificial puede mejorar la eficiencia y la efectividad de la educación al personalizar el aprendizaje, proporcionar retroalimentación instantánea y automatizar tareas administrativas. Sin embargo, es importante precisar que la IA no reemplaza la importancia de la interacción humana en el proceso educativo; en cambio, puede ser una herramienta poderosa para mejorar y enriquecer la experiencia de aprendizaje.