Construcción de embalses

Desde fines de los 90 que se viene planteando la idea es construir embalses que almacenen el agua que viene desde la cordillera para usarse como reserva para el riego agrícola, especialmente importante en tiempos de escasez.

En ese tiempo aún se acuñaba el concepto de cambio climático para explicar el fenómeno planetario que, en lo más concreto, se ha traducido en una significativa merma de las lluvias por extensos periodos de tiempo.

Sin embargo, dicha iniciativa tiene más vigencia que nunca. Es un hecho cierto que la operación de los grandes embalses, que tiene capacidad regulatoria, ayudó a contener las grandes avenidas de agua que se multiplicaron en las quebradas cordilleranas por el derretimiento de la nieve debido a una isoterma sobre los 3 mil metros.

El principal uso de los embalses es para almacenar grandes cantidades de agua y proporcionar suministro de agua potable a las comunidades. También se utilizan para abastecer a la agricultura, la industria y otras actividades humanas. Los embalses permiten regular el flujo de agua, lo que ayuda a controlar las sequías y las inundaciones.

También son una parte fundamental de las centrales hidroeléctricas. El agua almacenada mueve grandes turbinas, generando electricidad y suministrando energía para hogares e industrias, convirtiéndose en una fuente renovable y sostenible para su producción.

En las recientes inundaciones, los embalses en el río Biobío - en particular, de Ralco - ayudaron a reducir el riesgo de inundaciones al almacenar grandes volúmenes de agua durante las épocas de lluvias intensas. Esto ayuda a regular el flujo de agua en ríos y evitar desbordamientos repentinos, protegiendo así a las comunidades y las áreas urbanas de posibles daños.

Uno de los usos es más importantes es para el riego de cultivos, lo que permite que la agricultura sea más eficiente y productiva, especialmente en áreas donde el suministro de agua es limitado o irregular.

Como si fuera poco, muchos embalses se han convertido en destinos turísticos y ofrecen actividades recreativas como navegación, pesca, natación y deportes acuáticos. Estos proporcionan espacios naturales y áreas de recreación al aire libre para las comunidades locales y los visitantes, llegando a convertirse en lugares altamente demandados.

Es importante tener en cuenta que la construcción de embalses también puede tener impactos ambientales y sociales que deben ser considerados en su etapa de gestación. En algunos casos, ha implicado la reubicación de comunidades, la alteración de los ecosistemas fluviales y la pérdida de hábitats naturales. Por lo tanto, es esencial llevar a cabo estudios y evaluaciones ambientales adecuadas para minimizar los impactos negativos y garantizar la sostenibilidad de estos proyectos que pueden ser tremendamente beneficiosos, más aún en tiempos en que el recurso hídrico ha tenido - y seguirá teniendo - una significativa disminución de su disponibilidad.