Bienvenidos, amigos venezolanos

El presente de la nación venezolana no mejora, y al contrario, sigue empeorando. El Gobierno de ese país pretende seguir liderando a la población, realizando esfuerzos inescrupulosos por mantenerse a la cabeza del Estado.

Los baluartes del oficialismo han sido relacionados con el narcotráfico y además tienen un gravísimo problema de ingobernabilidad, el cual tratan de solventar a través de la fuerza desmedida.

Miles son los que ya han muerto en los últimos años por protestar o tener una opinión contraria al régimen de Maduro. Otras decenas de miles de personas mueren cada año asesinados por la delincuencia que azota a Venezuela, en un descontrol total.

El panorama económico del aquel país inundado de petróleo está en estado de alarma. Algo muy nefasto tuvo que haber realizado el régimen chavista para llegar a ese nivel. Según el FMI, los precios subirán en una astronómica cifra. Nada menos que un 2.439%.

El Presidente lanzó hace poco un billete nuevo, de 100.000 bolívares, en una iniciativa que sólo pretende evitar que los venezolanos tengan que cargar 17 bolsas con dinero cada vez que salen de compras, si es que pueden salir de compras. Algo está brutalmente mal.

Otra situación, y de la que precisamente es testigo la sociedad chilena, es la ola de personas que abandona cada día Venezuela para encontrar un futuro lejos de sus tierras, porque allí sencillamente no se logra ver el mañana, o al menos, el futuro se vaticina totalmente trágico.

Viajan familias enteras, aunque lo más desgarrador es cuando la familia debe separarse y dejar que algunos emigren para conectarse al mundo del que nosotros disfrutamos, y que lamentablemente, da la espalda a muchas personas que buscan el derecho a vivir en paz.

Esa paz tampoco es completa por muy bien que se viva en otros países. La tristeza por las condiciones en las que viven los que quedaron atrás, no les permite felicidad a esos emigrantes. Es cierto que muchos quedaron luchando por la democracia dentro del país, pero sencillamente hay otros que entendieron que la lucha estaba afuera.

Chile sabe de esas cosas, porque sufrimos una de las dictaduras más sangrientas del continente, en un contexto donde la Guerra Fría trajo su campo de batalla a los países del sur, y por lo mismo no debemos ser indiferentes ante esta problemática.

Venezuela hoy también vive en dictadura y están asesinando gente inocente. Creo que debemos estar orgullosos de recibirlos y de que ellos hayan elegido nuestro país para venir a vivir.

Desde el comienzo de la humanidad el hombre ha dejado sus lugares de nacimiento para buscar mejores horizontes, nuestra evolución ha sido basada en ello. Asimismo, los procesos migratorios han sido fuente de desarrollo transversal en todos los continentes.

Sin duda confío en que este será un proceso positivo para nuestro país, ya que he visto a la comunidad venezolana en Santiago y como se desenvuelven. Traen consigo una actitud humilde y rebosante de alegría, con conocimientos y percepciones diferentes sobre la vida. Han dado diferentes características a la atención al público por ejemplo, y aportado con destacados profesionales en diversas áreas.

Creo que éstas, así como otros aspectos positivos, nos pueden hacer evolucionar como sociedad y tal vez logremos aprender de sus costumbres y podamos dejar de creernos los mejores de Sudamérica, o mirar para abajo a nuestros semejantes, por tener un mejor auto o una casa más grande, por sentarse en el café ‘pituco’ del centro de la ciudad o sencillamente por alcanzar un puesto en base a mermar la oportunidad de otros.

No puedo más que expresar: Bienvenidos amigos venezolanos, espero que puedan ser felices y logremos convivir como parte de la misma comunidad latinoamericana, una región fuerte, que podría ser autosustentable. Sólo falta que nos comportemos como hijos de una misma tierra y espectadores de una misma historia.