El país hablo, la provincia también y determinaron, que Sebastián Piñera fuera escogido presidente de la república a partir del 11 de marzo de 2018.
Esta situación implica que uno de los líderes provinciales, Luis Barceló, si o si dejará su puesto ese día, para regresar a su vida de civil, alejado de la presión que tuvo durante estos años.
Tanto entre sus aliados políticos e inclusive en la oposición, su nombre comienza a sonar como eventual carta para candidatearse a alcalde de Los Ángeles para las elecciones de 2020. Esta situación, es debido a que en su rol como máxima autoridad de la provincia de Biobío, ha estado marcada por cierta autonomía e independencia.
Mientras la Nueva Mayoría, caía en algunas equivocaciones el año 2014, por la soberbia de arrasar en las presidenciales, él fue humilde, práctico y se dio cuenta que para buscar el anhelado desarrollo político y social de la zona, se necesitaba tener más un sentido localista que de político.
Jamás discriminó a alguien por su pensamiento ideológico, religioso o su condición social o sexual.
Su autonomía, lo llevo incluso a tener una fuerte discusión con el intendente regional, en donde finalmente la propia presidenta de la república, Michelle Bachelet, terminó respaldando su gestión y evitando su salida del cargo, mientras decenas de dirigentes hacían posta para convencerlo de quedarse.
Frente a esto, el futuro gobierno tiene una responsabilidad importante. Aquí no basta que el elegido sea amigo o un apitutado de alguno de los parlamentarios en ejercicio.
En primer lugar, debe estar al nivel de Barceló e intentar continuar con parte de los proyectos que dejará avanzados: las mejoras del Paso Internacional Pichachén, el ascensor en los edificios públicos o la llegada de los aviones comerciales al aeródromo María Dolores.
Hoy, Víctor Pérez Varela, Cristóbal Urruticoechea e Iván Norambuena, tendrán que ponerse de acuerdo para proponerle al presidente un nombre que permita continuar por la senda del progreso y el desarrollo, más allá de la politiquería que estamos acostumbrados a ver.
Luis Barceló, gobernó la provincia con gran capacidad. Todos saben que el equipo que le instalaron los partidos, no siempre estuvo a la altura del trabajo que él estaba realizando y así todo, hoy su eventual salida en los próximos meses, genera una serie de sentimientos encontrados para muchos.
Si el actual gobernador decide continuar en la vida pública y política de la ciudad de Los Ángeles o de la provincia, no cabe duda que a varios no les gustará, porque él se ha dedicado a trabajar con respeto a la ley y las personas y no por los mezquinos intereses a los que estamos acostumbrados.