Lo del gobernador se puede dar vuelta en su contra

Ha pasado una semana desde que el gobernador de la provincia de Biobío, Luis Barceló presentó su renuncia al cargo, debido a los cuestionamientos que le realizó el intendente del Biobío, Rodrigo Díaz, por la falta de preparación del Censo en la provincia de Biobío, especialmente en la comuna de Los Ángeles, en donde incluso el municipio de Yumbel tuvo que colaborar con buses para lograr la cantidad de censistas faltantes, pese a que el INE aseguraba que todo estaba en orden. La verdad irrefutable es que faltaban más de 700 voluntarios e incluso la prensa lo sabía, tal como consultó La Tribuna días previos al proceso ¿nos mintieron? Saque sus propias conclusiones.

De hecho, fuentes aseguran que aún se está censando en sectores por los que no pasaron los voluntarios el 19 de abril. Un error que a cualquier autoridad le puede afectar.

Barceló tiene un capital político construido por él mismo. Llegó al cargo siendo prácticamente un desconocido y logró dar vuelta la opinión de sus detractores como el diputado José Pérez Arriagada, quien ha reconocido que luego de ver su capacidad de gestión, se convenció que Barceló era un hombre apto para el cargo, porque lo era. La máxima autoridad provincial tiene un gran valor y es la honestidad que hoy escasea en la clase política.

De esta manera, su capacidad de abordar los temas con buena disposición, lo llevaron a tener una comunidad y dirigentes sociales alineados con él, que podrían perdonarle una caída como la del Censo, porque comparado con su gestión y avances logrados, claramente no tendrían problemas en dar vuelta la página. Pero llegaron los mensajes de Whatsapp con el intendente y, en vez de contar hasta 10, optó por renunciar.   El problema es que han pasado 7 días, su decisión no ha cambiado y con ello el único perjudicado está siendo él.

Hoy, la situación y visiones de la historia están cambiando. Esto porque la teleserie se ha dilatado tanto, que la imagen de Barceló, comienza a desmoronarse y desgastarse negativamente. No es serio que un renunciado gobernador siga en su cargo como si nada pasara, con su agenda de actividades normal y menos que aun deje la puerta entreabierta a un retracto. Hay que ser claros, nadie lo obligó a tomar su decisión.

Ahora bien, no se puede olvidar que su cargo responde a un nombramiento de confianza de la Presidenta de la República de Chile, y en base a eso, cuando hay un problema, no se trata simplemente de dar un paso al costado. Si comienza a entrar agua al barco, no se puede escapar, uno debe agarrar un balde y comenzar a sacar el agua.

Este confuso escenario ya no cae bien en la comunidad.

A modo de ejemplo comienzan a surgir dudas simples ¿Qué pasa con los proyectos que se necesitan gestionar y echar a andar dentro de estos días? ¿Qué pasará con las gestiones con el Serviu para instalar el anhelado ascensor en los edificios públicos? No hay respuesta. Todo se estancó.

¿Sigue la Gobernación funcionando con normalidad? Claramente no. No hay un líder. Barceló renunció, sólo está en el cargo, hasta que La Moneda se digne a un pronunciamiento. Ahora, aunque estas palabras duelan, por el bien de la provincia y su gente, sólo queda instalar a la nueva autoridad cuanto antes, porque una pelea de dos personas, no puede frenar el progreso de toda una comunidad.