Editorial

Superlunes, supermartes, supermiércoles&

La capital de la provincia de Biobío, al igual que todo el país, experimentará a partir de hoy el reinicio oficial de todas las funciones diarias de las familias. Atrás quedaron las vacaciones de verano, y tras este merecido descanso, todos vuelven a sus oficinas, universidades y, por supuesto, a los colegios. Esto se traduce, principalmente, en una ciudad altamente congestionada de automóviles.

No se trata sólo de un “superlunes”; esto es toda la semana. Furgones escolares, taxis colectivos y buses evidencian una vez más el fuerte retraso que existe en materia vial, una demora importante en la generación de iniciativas dirigidas al crecimiento y modernización vial. Hay que ser honestos, se han dado pasos importantes en los últimos siete u ocho años, pero no es suficiente.

Hoy al menos está el Cruce Antuco habilitado en un 100%, tal como se evidenció en la inauguración del pasado viernes, que se viene a sumar a las avenidas Los Ángeles, Oriente, Alemania, Gabriela Mistral y Los Carrera, entre otras, que permiten darle cierta normalidad al tránsito.

Actualmente, el gobierno regional y la municipalidad de Los Ángeles se encuentran concretando la nueva avenida Padre Hurtado, que dará una conectividad anhelada por años al sector poniente de la ciudad.

Ahora nuestras autoridades tienen un desafío aún más ambicioso: deben sentarse a pensar en las calles del año 2030 o 2040, y que incluyan no sólo las mejoras a la infraestructura, sino la modernización, por ejemplo, del casco céntrico. A pesar del alto costo que significaría un proyecto de este tipo, debe estar contemplado.

Ricardo Vicuña hace lo suyo, pero por qué no pensar, aunque suene imposible, en que una avenida cruce la Plaza o los sectores cercanos como Mendoza, Lautaro, Valdivia u otra.

No es una locura pensarlo. En Concepción, alguna vez se creía prácticamente una utopía que una calle como Los Carrera se pudiera transformar en avenida por el alto valor que significaban las expropiaciones y la obra en su totalidad, sin embargo, ahí están sus casi 30 cuadras de avenida con tres pistas por lado y un bandejón central. Por lo tanto, no es nada descabellado soñar.

Los últimos gobiernos nacionales y comunales han avanzado para que nuestra ciudad de Los Ángeles pueda ser más armónica con el crecimiento explosivo que ha tenido. Ahora se necesita que alguien piense a largo plazo cuáles son las principales necesidades viales para que sigamos posicionándonos al desarrollo no sólo por medio del negocio que se genera en los rubros agrícolas y forestales, sino también en la calidad de vida de la población, que requiere que haya un territorio que piense en grande y no solo en “planes de mitigación”.

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