Editorial

El 77% del país desaprueba la forma en que actuó el gobierno frente a los incendios

Esta semana salieron los resultados de la encuesta Cadem, principal empresa de investigación de mercado y opinión pública en Chile, la cual determinó que existe una alta desaprobación en la forma en que el gobierno reaccionó frente a la catástrofe vivida en las últimas semanas en materia de incendios forestales.

Cifras similares se llevó la presidenta de la República, Michelle Bachelet, con un 76% de desaprobación frente a su actuar.

Las cifras son tristes. La Onemi cuenta con un respaldo de sólo el 29%, y el 93% de los chilenos considera que el país no está preparado para enfrentar los siniestros.

El 27 de febrero de 2010, un terremoto de 8,8 grados Richter demostró las incapacidades del sistema para enfrentar catástrofes de magnitud. Los ciudadanos nos dimos cuenta de que los organismos de emergencia no eran controlados por expertos en el área y las tecnologías existentes eran tan deplorables que no permitieron salvar vidas, sino todo lo contrario.

Se pensó que con base en este hecho, el terremoto haría remezón en la política y estas cosas se mejorarían, pero nada demuestra que sea así.

Por ejemplo, pasará a la historia la declaración del director ejecutivo de la Conaf, Aarón Cavieres, cuando se refirió al SuperTanker indicando que "aviones más grandes no sirven para combatir este tipo de emergencias" debido a que “una aeronave grande no puede descender tanto, por lo que toda el agua que lance desde las alturas no generaría mayor impacto en el fuego".

Cuál fue la realidad: la aeronave de combate de incendios, sumada al avión ruso y los helicópteros que llegaron del extranjero, fueron cruciales para combatir la emergencia.

Cabe preguntarse entonces, ¿qué conocimientos especializados en el tema tenía la máxima autoridad de la Corporación Nacional Forestal para hacer esta absurda declaración?

Después de todas las trabas burocráticas y las pruebas que realizó la aeronave, financiada en ese minuto por una chilena, el director tuvo que salir a desmentirse a él mismo.

¿Qué hacen personas sin la experiencia, profesionalismo y conocimientos necesarios controlando un organismo público tan importante para el país?

Como no aprendimos la lección después del 27F, se hace necesario que nuestros señores parlamentarios legislen sobre el tema, de tal manera que los cargos clave, como la Onemi, la Conaf y todos aquellos que están para resguardar la seguridad nacional, no formen parte de la repartija política, sino que lo asuman personas profesional y psicológicamente aptas para actuar cuando se requiera. 

Etiquetas: