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El estudio documentó un aumento del 31% en la cantidad de ferias libres durante la última década, lo que consolida a este rubro como una importante fuente laboral nacional.
Entre las principales conclusiones destacan un significativo aumento en el liderazgo femenino —alcanzando el 51,8% del sector a nivel nacional— y mejoras en los niveles educacionales de las personas feriantes.
Estos espacios comerciales son valorados por la comunidad debido a los precios accesibles, la variedad y la calidad de sus productos. Allí se venden mayoritariamente frutas, verduras y hortalizas, complementados por una atractiva oferta de productos de uso personal y doméstico.
El director regional de Sercotec Biobío, Mauricio Torres, informó que a fines de 2024 e inicios de 2025 se ejecutó una inversión de aproximadamente $670 millones destinada a fortalecer las ferias libres de la región.
La primera etapa benefició a 23 ferias, mientras que la segunda contempló 12 adicionales. Asimismo, se informó sobre la incorporación de tres nuevas ferias al programa, entre ellas, una de la comuna de Tucapel.
En Los Ángeles, específicamente, la autoridad regional señaló que se trabaja con la feria de Plaza Pinto.
Desde la feria libre del sector Santiago Bueras —conocida popularmente como "la Feria de las Pulgas"— valoraron especialmente los datos del catastro referidos a la participación laboral femenina. Este espacio comercial cuenta con cerca de 450 puestos que operan de lunes a domingo en el área norponiente de la ciudad.
La presidenta del Sindicato N°6, María Zúñiga, resaltó que cerca de un 80% de quienes trabajan en el sector son mujeres dueñas de casa, muchas de ellas madres solteras y jefas de hogar, quienes encuentran en la feria la posibilidad de generar ingresos sin descuidar a sus hijos.
La alta participación femenina en las ferias angelinas tiene explicaciones concretas vinculadas a la realidad social local. Zúñiga explicó que en Los Ángeles hay muchas madres que son jefas de hogar y que, por diversas circunstancias, "son ellas las que se quedaron con los hijos, las que arriendan y las que se encargan de la alimentación, del vestuario, del calzado, de los estudios y de todos los gastos básicos".
Al cargar solas con la responsabilidad parental, aseguró que les resulta "muy difícil tener un trabajo con contrato, remuneración fija y horario establecido. Entonces, para ellas es mejor trabajar en la feria".
Más allá del aspecto económico, Zúñiga destacó que las ferias libres funcionan como una red de contención social. "Nos sentimos como una familia. Somos una fuente de empleo que no se termina, porque todos los días nadie falta", detalló.
No obstante, advirtió que existe una alta demanda, que crece con la cesantía.
"Siempre hay una fila de personas que no pertenecen al sindicato, pero que están ahí ordenadamente esperando un espacio para poder trabajar. Tienen necesidades tan básicas como comprar pañales, comprar pan, pagar la luz, el agua y comprar gas, y no tienen otro recurso ni otro lugar donde ganar dinero de manera rápida, honesta y honrada", lamentó.
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