Alerta máxima en los agricultores de la provincia de Biobío por extensa ola de calor

La prolongada ola de calor que afecta la zona, que se ha extendido por prácticamente tres semanas con temperaturas máximas superiores a los 30 grados, activó las alertas de los agricultores de la provincia de Biobío.

Es que esta condición atmosférica puede causar efectos en las siembras y cultivos que están en pleno desarrollo, afectando los rendimientos y la calidad de los productos.

De acuerdo a datos de la estación María Dolores de la Dirección Meteorológica, entre el 19 de enero hasta el 7 de febrero, las temperaturas máximas se mantuvieron de manera ininterrumpida sobre los 30 grados, con el peak del 22 de enero cuando se consignaron 39,1 grados. Además, las últimas lluvias en la zona fueron el 16 de diciembre cuando precipitaron 2,2 milímetros.

El presidente de la Sociedad Agrícola de Biobío (Socabío), José Miguel Stegmeier, confirmó que "efectivamente hemos tenido una ola de calor inédita en cuanto a su extensión en nuestra zona. Esto necesariamente obliga a no descuidar el riego sobre aquellos cultivos, huertos y praderas que están en desarrollo".

Aunque ya están cerca de finalizar la cosecha de cereales y oleaginosas, como el trigo, cebada, avena y raps, hizo ver que "aún tenemos diversos cultivos en crecimiento, como maíz, remolacha azucarera, achicoria, papas, hortalizas, entre otros, y estos cultivos necesitan más agua que lo normal debido a estas altas temperaturas".

En el caso de las forrajeras, indicó que "la alfalfa en particular no tiene mayores inconvenientes si recibe los riegos correspondientes, pero otras praderas, sobre todo las de gramíneas como la ballica, pasto ovillo o festuca, si se ven afectados aunque cuenten con suficiente agua, ya que por las temperaturas altas tienden a encañar, florecer y semillar prematuramente, perdiéndose parte importante de su rendimiento y calidad".

Además, el dirigente hizo ver que "todas las praderas de secano ya se han deshidratado y con mayor razón por las altas temperaturas, lo cual significa que como recurso forrajero ya no son productivas, quedando sólo un remanente de pasto seco que es de poco volumen y mala calidad, significando además un riesgo en cuanto a la ocurrencia de incendios, ya que esta vegetación seca es altamente combustible".

Por otro lado, Stegmeier estimó que las mayores complicaciones pueden estar en huertos frutales y hortalizas "que están en proceso, el estrés causado por las altas temperaturas, significa algunos deterioros. Por ejemplo, las hortalizas de hoja verde tienden a madurar antes, con el consiguiente efecto negativo en su terneza y palatibilidad".

Además, algunas frutas, como la manzana, "también se afectan ya que tienden a apurar su maduración, con los consiguientes impactos en su calidad, color y tamaño".

Lado positivo

Pese a este panorama, el titular de Socabío hizo ver que las intensas lluvias del invierno último permiten tener certeza de agua, tomando en cuenta el volumen acumulado en el lago Laja, principal reserva de recurso en la zona. "Haciéndose un buen manejo con las aguas que conserva, permitirá sortear sin mayores sobresaltos lo que resta de temporada de riego", aseguró.