"Lluvia centenaria", el fenómeno climático que explica brutal desborde del río Laja

La expresión "lluvia centenaria" es un concepto utilizado para referirse a una precipitación pluvial excepcionalmente intensa que, según las estadísticas meteorológicas, tiene una probabilidad de ocurrencia de una vez cada cien años en determinada región o área geográfica. En otras palabras, se trata de una lluvia tan intensa y duradera que, en promedio, solo se espera que ocurra una vez cada siglo.

Eso sí, es importante advertir que el concepto de "lluvia centenaria" no implica que realmente ocurra cada cien años con precisión. Es simplemente una estimación basada en datos climáticos históricos y en el análisis estadístico de las precipitaciones.

Evento de muy excepcional ocurrencia, sucedió en el río Laja entre el 24 y 25 de junio y explica los desbordes de este cuerpo fluvial que inundaron viviendas de decenas de familias y causaron cuantiosos años en los campings y cabañas situadas en sus márgenes. También cortaron caminos interiores e incluso, dañaron el puente Batuquito, impidiendo la circulación por la Ruta Cinco Sur, principal vía estructurante del país (se trabajó una semana de manera ininterrumpida para su habilitación).

Sin embargo, la imagen más icónica fue la cascada principal de los Saltos del Laja, la que exhibió un enorme volumen de agua que también arrasó con los puestos de venta de productos de artesanía que se sitúan en su camino de acceso.

Ese caudal que se observaba especialmente en la jornada del 24 de junio, perfectamente puede calificar como "lluvia centenaria", de acuerdo a Claudio Morales, director general de aguas del Biobío.

Es que los datos son elocuentes. En la cascada se midieron 2 mil 100 metros cúbicos por segundo, que supera al mayor registro anterior que data de julio de 2006 cuando se llegó a los mil 900 metros cúbicos. "En lo que tenemos registros, lo ocurrido el 24 de junio tendría que ser la crecida centenaria en el río Laja", declaró la autoridad.

Según el personero de la DGA, hubo dos fenómenos se conjugaron para que ocurrieron una situación de esa magnitud. La primera razón - y obvia - fueron las lluvias intensamente altas con más de 400 milímetros en los cuatro días del sistema frontal (184 solo el 23 de junio). El segundo motivo es que esas precipitaciones fueron con isoterma alta, lo que se tradujo en que "durante 18 horas hubo lluvias por sobre los 3 mil metros sobre el nivel del mar. En vez de nieve, cayó agua, ocasionando que la poca nieve que había se derritiera y escurriera por los cauces", acotó Morales.

Al agua que circulaba por el Laja, se sumaron "los caudales de los ríos Polcura y Rucúe que son afluentes del mismo río Laja, y todo eso fue lo que vimos aguas abajo y que hizo más visible en los Saltos del Laja".

También Morales precisó un tema: "En la cuenca del río Laja no hay represas, salvo un embalse natural que es la laguna del Laja. Las centrales Abanico y Antuco son de paso y cuyas compuertas son para las bocatomas. No hay embalses. Además, la central El Toro que saca aguas directamente del lago Laja, no operó porque es una planta de reserva".

RÍO BIOBÍO

Distinto es el caso del río Biobío donde, según Claudio Morales, solo la represa Ralco - que está ubicada más hacia el interior de Alto Biobío - "tiene capacidad de regulación importante porque puede almacenar de mil 1174 millones de metros cúbicos. A modo de comparación, la represa de la central Pangue tiene una capacidad máxima de 83 millones de metros cúbicos, equivalente al 7% de Ralco.

Sin embargo, la represa Ralco, pese a toda la lluvia, aún tiene margen para seguir llenándose aunque, de acuerdo a los datos oficiales, subió la cota de su embalse de los 700,96 metros sobre el nivel del mar a los 722,26 metros, aunque su altura máxima es de 725 metros

722,26.