A su corta edad, Gustavo Cáceres ya sabe lo que es competir, aprender y crecer dentro de las artes marciales. El pequeño deportista de apenas 10 años, alumno de karate kyokushin y taekwondo ITF, se ha proyectado como uno de los valores emergentes más importantes de estas disciplinas, con participaciones destacadas a nivel comunal, regional, nacional e incluso con una incipiente experiencia internacional.
Su vínculo con las artes marciales comenzó tempranamente. Desde los cinco años practica karate kyokushin y actualmente ostenta el grado de cinturón verde en esa especialidad, además de cinturón amarillo punta verde en taekwondo ITF. Un camino marcado por la constancia, el esfuerzo y, sobre todo, por la pasión que le inculcó su padre, Miguel Cáceres, quien lo acercó al dojo buscando simplemente una alternativa deportiva distinta al fútbol.
"El balance de este año superó con creces lo que esperábamos a comienzos del 2025", señaló el director del Dojo Senshi L.A., Sensei Nicolás Ruiz, Cinturón Negro 2° Dan Internacional. En conversación con La Tribuna, el instructor fue categórico al evaluar el desempeño de su alumno. "De Gustavo solo tengo halagos. Su compromiso, considerando su edad, es digno de destacar. Este año se posicionó entre los tres mejores del circuito al que pertenecemos y, de seis torneos —regionales, nacionales e internacionales—, en todos disputó la final", afirmó.
Ruiz explicó que, si bien Gustavo llegó con un muy buen nivel en combate, el proceso de adaptación al taekwondo ITF exigió ajustes técnicos y formativos. "Ha debido adaptarse progresivamente a las exigencias y estándares propios de esta modalidad. Esa adaptación se ha notado mucho en el último tiempo; en su examen más reciente mostró una aplicación muy positiva y una clara comprensión del nuevo estilo", puntualizó.
Desde la vereda familiar, el orgullo es evidente. Para su padre, Miguel Cáceres Ormazábal, el crecimiento de su hijo ha sido natural y sin presiones. "Nunca le exigimos resultados. Solo queríamos que practicara un deporte distinto y las artes marciales fueron, sin duda, la mejor opción. Ver su progreso es un orgullo enorme para toda la familia", comentó.
A estas palabras se sumó el Sabonim Gonzalo Rivas, Cinturón Negro 4° Dan Internacional, quien también destacó la evolución del joven deportista angelino. "Gustavo ha sabido adaptarse de buena forma y de manera progresiva a las exigencias del taekwondo ITF. En un comienzo había aspectos por mejorar, pero hoy demuestra compromiso, disciplina y una comprensión cada vez más sólida del estilo", señaló, agregando que, de mantenerse este proceso, "su progreso será cada vez más rápido".
LO QUE LE DEPARA EL 2026
El próximo año asoma cargado de desafíos para Gustavo Cáceres. En su agenda figuran nuevas competencias, exámenes de grado y un torneo nacional de taekwondo ITF programado para el mes de abril. En enero, además, rendirá una evaluación de menor escala junto a otros siete alumnos, paso clave en su formación.
El objetivo no es menor: quedar a solo dos grados del cinturón negro. Según su equipo técnico, la proyección para el 2026 apunta a que Gustavo alcance, como mínimo, el cinturón verde punta azul, con opciones reales de llegar al cinturón azul, siempre que mantenga la constancia en los entrenamientos y aumente su frecuencia a dos sesiones semanales.
"Como sensei me siento profundamente orgulloso de sus logros y, más aún, de saber que vamos por muy buen camino. Gustavo tiene todo el potencial para transformarse en un deportista de talla nacional", concluyó Nicolás Ruiz.
