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El último partido que Bielsa dirigió como técnico de Chile, entre 2007 y 2011, fue un amistoso que La Roja le ganó a Uruguay, la misma selección que ahora comanda y que hoy martes cerrará las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2026. La cita tendrá lugar en el Estadio Nacional, en Santiago, donde se prepara una gran ovación para un entrenador tan querido como añorado.
El reencuentro del técnico rosarino con el público chileno, tras su renuncia del 6 de enero de 2011, traerá de golpe todos los recuerdos de quien clasificó a Chile a un Mundial, el de Sudáfrica 2010, luego de no haber participado en los dos anteriores.
Bielsa estará en la vereda de enfrente con una selección de Uruguay que se clasificó a su quinto Mundial consecutivo, para enfrentar a un Chile que vuelve a estar en crisis, como cuando asumió el mando el 10 de agosto de 2007.
La Roja es décima y última en las posiciones de las eliminatorias, con 10 puntos, y completa tres ocasiones consecutivas sin conseguir la clasificación a la Copa del Mundo. "En Chile fue una experiencia hermosa, con los jugadores y por la relación que establecieron con su público", declaró Bielsa en conferencia de prensa antes de viajar a Santiago.
La historia de Bielsa con La Roja es la de un amor correspondido, porque la afición y un sector de la prensa lo consideran el arquitecto de la camada de jugadores que se convirtió en la "Generación Dorada", que fue bicampeona de América en 2015 y 2016. En ese sitial le acompañan otros dos técnicos argentinos: Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi.
Aquellos futbolistas tuvieron su génesis bajo la conducción del técnico chileno José Sulantay, forjador de las selecciones juveniles, y luego cambiaron drástica y profundamente con Bielsa.
Aquel Chile que "El Loco" Bielsa tomó venía de ser goleado 1-6 por Brasil en la Copa América de Venezuela 2007, donde hubo un sonado episodio de indisciplina, y lo convirtió en un equipo referente del fútbol sudamericano.
Arribó bajo la tutela de Harold Mayne-Nicholls, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) en aquel momento, y hoy candidato a las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
El rosarino forjó una selección que deleitó con su estilo de juego, a la que ubicó en el segundo puesto de las eliminatorias a Sudáfrica 2010, solo por detrás de Brasil. Alcanzó los octavos de final en esa cita planetaria.
Su ciclo fue uno de los mejores de La Roja con 28 victorias, ocho empates y 15 derrotas. Son cifras sustentadas con un juego que los chilenos añoran. "Fueron tres años, cinco meses y 23 días", reseñan aún en la prensa nacional.
El propio Bielsa expresó que consideraba esos años "como un regalo de la vida", cuando se despidió de los chilenos con una carta que escribió y leyó con emoción.
En julio pasado, cuando La Roja conmemoró el décimo aniversario de su primera Copa América, hubo una exposición de homenaje y los hinchas chilenos seguían recordando a Bielsa sin haber sido el protagonista.
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