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Conoce los alimentos que pueden ayudar a mantenerse cálido

Considerando que comienza a aparecer los días de frío, siempre es necesario tener en cuenta de qué forma los deportistas pueden mantener su cuerpo en calor para no sufrir con las bajas temperaturas.

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19-04-2017_19-30-1321.1 / FUENTE:

Aunque este invierno el frío parece haber llegado más tarde, estos días las temperaturas han comenzado a bajar en la provincia de Biobío y previsiblemente descenderán aún más en lo que queda de mes.

Es tiempo de resfríos, gripes y, en los peores casos, de faringitis, bronquitis y amigdalitis. Son enfermedades que se pueden evitar fácilmente si se está en un ambiente con las condiciones de temperatura y humedad adecuadas, algo que, para la mayoría de personas, es difícil de conseguir a lo largo de todo el día, sobre todo si se es deportista y se tiene que salir a entrenar, debido a que la mayoría de los deportes se hace al aire libre.

Para combatir el frío no sólo es importante abrigarse bien –la herramienta más obvia para no resfriarse–, además es decisivo que la alimentación se adapte a las circunstancias. El cuerpo pide alimentos calientes y calóricos, lo que puede tener una peligrosa contrapartida si no se está lo suficientemente atento: se puede engordar notablemente. Por suerte, no todos los alimentos indicados para combatir el frío, tienen que ser especialmente calóricos si se toman las precauciones necesarias. Estos son los mejores consejos alimenticios para pasar un invierno sin sobresaltos.

AÑADIR UNA SOPA A TODAS LAS COMIDAS

Se trata del alimento por excelencia del invierno. Los caldos ayudan al organismo a mantener la temperatura corporal adecuada y además hidratan (en invierno se bebe mucha menos agua que en verano, pero también se necesita). La sopa de pollo, en concreto, tiene también propiedades antinflamatorias y ayuda a combatir las infecciones del tracto respiratorio.

AUMENTA EL APORTE CALÓRICO SIN PASARTE CON LA GRASA

Las comidas tradicionales de invierno son contundentes, grasas e hipercalóricas. No es casual. Con el frío se gastan más calorías y por ello el aporte energético de los alimentos debe ser mayor. Por ello los guisos, los cocidos y las legumbres son platos tan típicos de los meses fríos. Hoy en día, no obstante, no es necesario ser tan radicales en cuanto a la grasa. Ni se pasa tanto frío, ni se realiza una actividad física tan exigente como en los antiguos entornos rurales. Por ello, si no se quiere ganar kilos sin medida durante el invierno, se puede reducir la grasa de las comidas sin que estás dejen de aportar la energía que se necesita. Lo mejor es apostar por el consumo de grasas saludables, como el famoso omega-3, que se encuentra sobre todo en el pescado azul. Además, a la hora de cocinar, se puede esforzar por retirar la grasa sobrante de los guisos o apostar, directamente, por preparar estos sin añadir más de la que sea estrictamente necesaria. Aunque parezca mentira, las lentejas se pueden preparar sin chorizo.

La energía también puede obtenerse a través de los hidratos de carbono. La pasta y el arroz son alimentos muy recomendados en invierno pero, si se está intentando adelgazar, se debe consumir con moderación.

COCINA CON CEBOLLA, AJO Y JENGIBRE

Estos tres vegetales refuerzan el sistema inmunológico y se pueden añadir a prácticamente cualquier plato. El ajo contiene alicina, un compuesto con efectos antibióticos y antioxidantes, que puede ser un gran aliado contra los resfriados. La cebolla, además de ser una importante fuente de vitaminas, tiene propiedades antirreumáticas, una enfermedad cuyos efectos se disparan en invierno.

El jengibre, aunque no se usa demasiado, es quizás el mayor aliado contra el frío. Aunque tradicionalmente se ha usado sólo para la elaboración de dulces, puede añadirse a los asados, los guisos, o cualquier infusión o zumo. Tiene propiedades antiinflamatorias y expectorantes, por lo que es recomendable su consumo frente a cualquier tipo de afección respiratoria, ya sea gripe o una simple inflamación de la garganta.

HIDRATARSE DEBIDAMENTE

Estar convenientemente hidratado es esencial, no sólo en verano. El agua puede ayudar, además, a aliviar la mucosidad, que suele ser un gran estorbo en estas fechas. Dado que el cuerpo pide beber menos agua, una buena forma de obligarse a beber líquido es tomar una infusión después de cada comida, o entre horas. Los líquidos calientes ayudan a aliviar el dolor de garganta y la congestión nasal. El té además es rico en antioxidantes y puede ser útil para combatir las infecciones del tracto respiratorio. No obstante, todo tiene un límite. En concreto, si se sufre neumonía, es mejor tener cuidado para no beber más de la cuenta.

NO BEBER ALCOHOL

Aunque el alcohol se ha visto siempre como un buen aliado contra el frío, es una sustancia que debilita el sistema inmune (que en invierno debe funcionar a pleno rendimiento), hace que la gente se resfríe con mayor facilidad y, además, deshidrata. Es cierto que, en un primer momento, el alcohol parece calentar, pues tiene un efecto vasodilatador, pero es una quimera. Cuando se tiene frío disminuye la circulación de la sangre en las extremidades para que esta se concentre en los órganos vitales. Si el frío sigue en aumento los vasos se estrechan cada vez más. Se trata de un sistema de defensa que se contrarresta con el alcohol. Por eso cualquier montañero mínimamente experimentado sabe que el mito de que el alcohol puede ser útil para combatir la congelación no solo es falso, es además peligroso. 

NO SE DEBE ABUSAR DE LOS LÁCTEOS

Aunque es un tema sobre el que hay una importante discusión científica, y no todo el mundo está de acuerdo, hay médicos que recomiendan evitar los productos lácteos mientras se está resfriado. Se cree que tanto la leche, como los yogures, aumentan la producción de mucosa, aunque, como aseguran los científicos contrarios a esta teoría, en la mayoría de los casos, tiene que ver con una reacción alérgica, no con los efectos de los lácteos en sí. En cualquier caso, si al tomar lácteos se nota que el resfriado empeora, quizás la persona tenga algún tipo de alergia y se debe visitar al médico.

NO OLVIDARSE DE LA FRUTA

Aunque la fruta debe consumirse durante todo el año, los expertos recomiendan aumentar su ingesta en invierno. La vitamina C presente en los cítricos, las frutas por excelencia de estas fechas, ayuda a prevenir los resfriados y reducir sus síntomas. Aunque las naranjas y mandarinas son las frutas que más se consumen en invierno, no se debe olvidarnos del kiwi, que también tiene muchísima vitamina C. Un buen hábito a instaurar en invierno es el de tomar un zumo de naranja todas las mañanas. No hay nada mejor para aguantar un duro y frío día de trabajo.