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La directora ejecutiva destacó los 10 años de funcionamiento de Bodega 44, espacio que trae teatro a Los Ángeles todos los fines de semana, y adelantó planes para una escuela de teatro y circo que se desarrollará en verano.
El 18 de octubre de 1998, un grupo de artistas conformado por Mariela Belmar, Daniella Cores, Sergio Muñoz y Varinia Acuña dio inicio a Perfiles y Siluetas bajo la idea de que son los propios artistas quienes deben aportar a descentralizar el trabajo cultural y aportar a su desarrollo, a través del trabajo territorial con vinculación permanente en instituciones públicas y privadas de la región del Biobío.
De esta forma, el conjunto de artistas buscaba generar empleo para los artistas escénicos que residían en la zona, además de formar a aquellos que querían ser artistas, pero que debían emigrar a Santiago.
Hoy, 27 años más tarde, Mariela Belmar, directora ejecutiva de Perfiles y Siluetas, plantea a La Tribuna que la entidad, "está con muchas proyecciones en este minuto, reafirmando el trabajo en Bodega 44, que lleva 10 años de funcionamiento. Es un espacio que trae entretención teatral a Los Ángeles todos los fines de semana".
Asimismo, su directiva asegura que se trabaja en afianzar el equipo de gestión. "En este minuto estamos con muchas proyecciones en nuestras creaciones y producciones. Estuvimos el viernes en Concepción con la obra La Mutra, el próximo fin de semana tendremos una mini temporada en la sala de cámara del Teatro Biobío y tenemos proyecciones para ser parte de festivales de nivel nacional. También, la escuela de teatro y circo se empieza a organizar para su desarrollo en el verano", agregó.
La directora ejecutiva agregó que mantener un sistema que dignifique el trabajo artístico es uno de los principales desafíos.
Para la directora ejecutiva de Perfiles y Siluetas, a la sociedad muchas veces le cuesta entender que lo que ellos hacen es un trabajo que requiere meses de preparación y no es pagado. Belmar utiliza una analogía para explicarlo.
La directora enfatiza que los artistas son seres humanos con las mismas necesidades básicas que cualquier persona: "La gente no debe olvidar que los artistas deben alimentarse, vestirse, pagar deudas como cualquier persona".
Pese a este escenario, Belmar reconoce avances en la percepción del público angelino. "De a poco lo ha estado entendiendo. Nosotros podemos decir que nuestro espacio tiene un consumo cultural importante, siempre está lleno y hay mucha participación", destacó.
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