Los puentes ferroviarios en la provincia

Los ríos fueron uno de los mayores dolores de cabeza para los constructores de las líneas ferroviarias. Desde que el país comenzó a dibujar el trazado de trenes que uniría a los más apartados rincones de nuestra geografía, desde 1850 en adelante, el cómo erigir viaductos seguros sobre los cursos fluviales era uno de los desafíos de marca mayor.

Y la provincia de Biobío, vaya que sabe de ríos. De hecho, Los Ángeles, su capital provincial, fue conocida en otros tiempos como la Comarca de los Siete Ríos. En realidad, la cantidad de ríos y esteros es incluso mayor a ese número lo que, por cierto, condicionó la forma de relacionarnos con el resto del país.

Antes del arribo de los trenes, nuestra zona vivía prácticamente aislada durante la mitad del año por las crecidas de los ríos y esteros. Los servicios de carruajes que operaron incluso en paralelo con aquellas briosas máquinas a vapor, solo podían prestar sus labores cuando el tiempo lo permitía.

De ahí que los diseñadores y constructores de las líneas férreas debieran aguzar la técnica y el empeño para ser capaces de superar los escollos impuestos por estos accidentes geográficos.

En la Revista de Viajes de Ferrocarriles de 1909 se muestran los puentes construidos en la zona, desde río Claro hasta el Biobío, los cuales compartimos en este registro fotográfico.