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La Tribuna

Ítalo Zunino, el camarada democratacristiano

por Alejandra Sánchez

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Un poema escrito por Claudio Orrego Vicuña en 1975, refiriéndose a los primeros camaradas democratacristianos, los describía idealmente como: “creyentes de intensa vida, o bien peregrinos en busca de una razón con qué llenar la vida”, agregando después, siempre en primera persona, que  “sentíamos Chile. Nos preocupaban los pobres por sobre todas las cosas. No nos satisfacía el mundo que habríamos de vivir.

Creíamos en la bondad, en la fraternidad y en la justicia.

Sobre todo en la libertad”.

Imposible no relacionar este poema con el camarada Ítalo Zunino Muratori. Valga recordar que se integró oficialmente a la Democracia Cristiana en el año 1970, luego de la derrota de Tomic, demostrando desde un principio que su objetivo no era el poder, sino las convicciones. Luego, electo por la gente llegó a ser regidor por Los Ángeles, ocupando en 1971 el cargo de alcalde de esa comuna. Es precisamente desempeñando responsabilidades en el municipio que lo sorprende el golpe de estado. Procurando ser contención para los tristes días que caían sobre Chile, permaneció en el cargo unos meses más, hasta que se hizo insostenible detentar una función originalmente democrática, con el autoritarismo que se imponía desde la Junta.

En cuanto existieron los primeros indicios de apertura política, en su rol de empresario, ciudadano y hombre ligado a medios escritos de comunicación social como el Diario La Tribuna de Los Ángeles, procuró mantener vigente la visión crítica de lo que estaba pasando en el país, integrando los movimientos opositores desde la Alianza Democrática hasta el Comando Provincial del NO.

Recuperada la democracia, fue nombrado embajador en Japón por el Presidente Patricio Aylwin, y luego gerente de Enacar. En el plano local siguió ligado al PDC y a la Concertación, poniendo su nombre a disposición más de una vez para una postulación parlamentaria. Por aquellas cosas a veces ininteligibles de la política, el sueño de muchos de ver a Ítalo Zunino en el parlamento no se hizo realidad. Sin embargo, en cada ocasión el camarada Zunino fue el primero en hacer presente el carácter comunitario de su militancia, que le hacía inclinarse virilmente frente a las decisiones del Partido.

Una vez consolidada la democracia, y hecho su aporte desde lo público y lo privado, pero sin dejar jamás de estar atento al devenir de sus queridos Chile y  Bío Bío, decidió centrar sus energías en sus otras pasiones, que bien conoció nuestra región.

Su legado, en lo político, lo resumiría en tres conceptos: convicción en que la política es una herramienta necesaria y legítima para hacer realidad los sueños de justicia y libertad, sencillez para ver en cada persona un hermano y generosidad para entender que el éxito personal es insuficiente si no va acompañado de la posibilidad de compartirlo con los más necesitados.

Parafraseando el poema de Orrego, sólo me resta decir, en nombre de la Democracia Cristiana, que Ítalo Zunino Muratori se fue a ver de cerca el Espíritu que todo lo puede, y para ese viaje insondable, quizás bajo su manta y sombrero lleve una camisa azul con una falange en el pecho, dejándonos a nosotros la alegría de haberlo conocido y la satisfacción de haber podido llamarlo CAMARADA.

Patricio Pinilla Valencia

Presidente Distrital PDC Bío Bío

Consejero Regional

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