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La iniciativa buscó promover prácticas de reutilización y gestión responsable de residuos mediante ejercicios prácticos con la comunidad.
De acuerdo con la información municipal, en la confección se utilizaron 350 botellas de diferentes capacidades —3 litros, 2 litros y medio litro— que fueron recolectadas por las propias familias del sector.
A ello se sumó la elaboración de adornos fabricados íntegramente con material reciclado, los que completaron la estructura final.
El armado del árbol se enmarcó en las actividades de educación ambiental que la Dirección de Medio Ambiente realiza con diversas juntas de vecinas y vecinos.
Según la municipalidad, el proceso incluyó sesiones formativas sobre clasificación de residuos, reutilización de plásticos y elaboración de elementos decorativos a partir de desechos domiciliarios. Ese trabajo se complementó con jornadas comunitarias destinadas a ensamblar las piezas y definir la estructura principal.
La estructura final alcanza los cinco metros de altura y está compuesta exclusivamente por botellas plásticas, unidas mediante soportes seguros y dispuestas en forma cónica.
Los adornos instalados también fueron elaborados con materiales reciclados entregados en los talleres, como fragmentos de plástico, latas y piezas de envases.
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