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Entre el empleo y las emisiones: Cabrero busca equilibrio ante denuncias por emanaciones de humos

por Jeremy Valenzuela Quiroz

Aunque la comunidad reclama medidas para reducir los malos olores y emisiones, reconoce que el polo industrial es crucial para alrededor de 1.500 personas, de las que el 80% reside en la comuna. Frente a las consultas, desde Masisa aseguraron que "no se trata de gases tóxicos ni humo contaminante".

Entre el empleo y las emisiones: Cabrero busca equilibrio ante denuncias por emanaciones de humos / Diario La Tribuna

Durante la mañana del lunes, un registro que mostraba una densa nube negra sobre Cabrero se viralizó rápidamente en redes sociales.

El fenómeno, visible cerca de las 8:00 horas, generó alarma entre los vecinos, quienes apuntaron de inmediato a Masisa, una de las plantas industriales más grandes y emblemáticas de la comuna, como posible origen de la emanación.

Según los vecinos, la situación no es nueva. Aseguran que las emisiones han estado presentes desde hace casi cuatro décadas, pero se han hecho más perceptibles en los últimos años debido a la expansión urbana de Cabrero, que ha acercado barrios y villas a los terrenos de la industria maderera.

"El olor es insoportable en la mañana y en la noche. Hay que cerrar ventanas porque es asqueroso", comenta Sebastián, vecino de la comuna.

LA EXPLICACIÓN DE MASISA

La Tribuna se contactó con la empresa para aclarar las dudas. Luis Quiroga, gerente de Operaciones, explicó que lo que se observa es principalmente vapor de agua producido durante el secado de la madera, proceso que extrae la humedad del material mediante aire caliente.

"Eventualmente puede haber olor a madera quemada, pero no se trata de gases tóxicos ni humo contaminante. Nuestro proceso no utiliza combustibles fósiles en la generación de aire caliente y cumple con la normativa legal, incluso con estándares internacionales más estrictos que la legislación chilena", señaló.

La planta se encuentra dentro de un complejo industrial donde operan otras empresas, como Masonite, Fibromasa, Celco, entre otras, e incluso una planta de aguas servidas en las proximidades del terreno.

Este hecho, según la empresa, puede generar confusiones sobre el origen de las emisiones. La compañía asegura mantener canales de comunicación abiertos con la comunidad, con mesas de trabajo con juntas de vecinos y representantes municipales, además de actividades educativas y comunitarias a través de su fundación.

IMPACTO SOCIAL Y LABORAL

Masisa emplea alrededor de 1.500 a 1.600 personas mensualmente, de las cuales cerca del 80% vive en Cabrero.

La empresa asegura que gran parte de los trabajadores directos son vecinos de la comuna y que existe una fuerte cercanía con la ciudadanía dentro del ámbito laboral y social.

Para muchos residentes, esta realidad laboral complica el debate sobre las emisiones. Si bien existe malestar por el olor y las nubes visibles, cerrar la planta no sería una solución.

"Muchas personas dicen 'que cierren Masisa', pero no piensan que aquí trabajan sus parejas, sus hijos o ellos mismos. Más del 60% de la población depende de esta planta. No se trata de cerrar, sino de buscar métodos que reduzcan la contaminación", señala Sebastián, vecino cabrerino.

INTERVENCIÓN DE LA SMA

Si bien el vapor de agua puro no es tóxico, su toxicidad puede depender de la utilización de químicos en el proceso de secado.

En caso de que las emanaciones presentaran algún grado de toxicidad, la exposición generaría síntomas como irritación en ojos y vías respiratorias, bronquitis, empeoramiento del asma y, en casos de exposición prolongada, efectos más graves.

Otras afecciones se relacionan con alergias, dermatitis, dolores de cabeza e incluso náuseas y vómitos.

Masisa sostiene que su planta cumple estrictamente con la normativa, que realiza reportes ambientales y mantiene una supervisión constante de sus procesos, que son informados periódicamente ante la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA).

Los vecinos, sin embargo, denuncian que los olores se intensifican en ciertos horarios y sectores, lo que afecta la vida cotidiana, especialmente en las villas más cercanas.

Frente a la situación, la Oficina Regional de la SMA ha recibido dos denuncias asociadas a emisiones atmosféricas vinculadas a la operación de la unidad de la Planta Masisa.

Según Juan Pablo Granzow, jefe de la Oficina Regional SMA del Biobío, la planta ha atravesado procesos de modernización y cuenta con 12 resoluciones de calificación ambiental (RCA) emitidas entre 1999 y 2014.

La superintendencia inició una investigación cuyos antecedentes se encuentran en etapa de análisis previo, y cuyos resultados serán informados oportunamente a las partes interesadas.

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