Años después del femicidio ocurrido en Laja durante la madrugada del 23 de marzo de 2019 en contra de Marta Norambuena, conocida cariñosamente como "Martita", sus seres queridos han elegido transformar el dolor de la ausencia en un acto de profundo amor y gratitud, lo que marca un "cierre de ciclo" a raíz del reciente fallo judicial.
Con una petición de anonimato, la familia, que en su momento movilizó la campaña #JusticiaParaMartita, ha emitido una emotiva misiva que centra la narrativa en el legado humano de la mujer que "dejó huellas imborrables". Aunque reconocen el inmenso dolor de la partida, el mensaje es claro: hay quedarse con lo más hermoso de su recuerdo.
EL LEGADO INOLVIDABLE: BONDAD, CARIÑO Y ALEGRÍA
Para sus hijos, nieto, hermanas, sobrinos y primos, Martita fue y seguirá siendo una luz en sus vidas. La familia destaca que, a pesar de su ausencia física, ella permanece "muy presente en cada pensamiento, en cada recuerdo y en cada rincón de nuestras vidas".
En el mensaje, los familiares encuentran consuelo en la fe, e imaginan a Martita en un lugar lleno de paz, "en los brazos amorosos de Dios, en descanso en el sueño eterno". Este enfoque íntimo y espiritual subraya que ella simplemente se ha "adelantado en este camino que algún día todos recorreremos".
La familia destaca las cualidades que la definieron: una mujer llena de bondad, cariño y alegría. Declaran con firmeza que, mientras Martita viva en su memoria, "seguirá viviendo entre nosotros".
ECOS DE AMOR Y SEIS AÑOS DE AUSENCIA
Las voces individuales de sus parientes reflejan la dimensión del vacío dejado, seis años después de los hechos. El hijo de Marta manifestó que la recordará con el mismo amor que ella le dio, y afirmó que será "la luz que guíe mi camino".
Las hermanas de la víctima, en tanto, expresaron un apego profundo y eterno. Su hermana mayor promete: "Siempre vivirás en mi corazón, quiero quedarme con los recuerdos de niña", y le reitera su amor "hasta el infinito".
En tanto, su hermana menor reflexiona respecto del paso y peso del tiempo: "Hermanita, 6 años extrañándote con toda mi alma y mi corazón". Frente a la situación, le ruega: "Ven siempre a visitarnos".
Incluso los detalles cotidianos de su afecto son recordados con nostalgia. Una de sus sobrinas lamenta que ya son seis años sin recibir sus mensajes, sin que le envíe "un versículo de Dios pidiendo por mí" o un simple mensaje de cariño como "sobrinita, la quiero mucho".
Asegura guardar en su corazón cada palabra que le dijo la última vez que estuvieron juntas, y, por ello, promete a nombre de la familia que "la amaremos en todas las vidas".
Como un llamado a la memoria colectiva, la familia también instó a que "la comuna de Laja nunca olvide a Martita".
Estos mensajes de amor y recuerdo, expresados en diálogo con La Tribuna actúan como el cierre de un proceso que tuvo como consecuencia judicial una condena a 18 años de presidio mayor en su grado máximo para el autor del femicidio. La sentencia fue dictada por el Tribunal Oral en lo Penal de Los Ángeles y dada a conocer el pasado 22 de octubre.