Crónica Ciudadana

Patitas Los Ángeles: la fundación que no baja los brazos por los animales callejeros

Con cerca de 12.000 seguidores en redes sociales, la organización maneja 350 adopciones anuales y publica más de 40 casos diarios de mascotas que necesitan ayuda.

Fundación Patitas Los Ángeles, @patitas_l.a
Fundación Patitas Los Ángeles / FUENTE: @patitas_l.a

Mientras 113.000 animales registrados viven en hogares de Los Ángeles, una cantidad indeterminada de perros y gatos callejeros vagan por la ciudad luchando contra el frío del invierno y el hambre. En ese marco, desde 2021 una fundación angelina se ha convertido en refugio para los animales abandonados, heridos o en riesgo.

Se trata de Patitas Los Ángeles, entidad sin fines de lucro que trabaja de forma silenciosa pero fiel a sus principios e ideales para transformar la empatía en una misión de vida para todo su equipo.

"Patitas nació como una idea pequeña en redes sociales para difundir casos de animales que necesitaban ayuda, pero terminó creciendo sin parar", cuenta Francisca Henríquez, su fundadora y presidenta.

UNA LABOR CON SENTIDO

Lo que empezó como una simple página en Instagram para captar gente que pudiera ayudar a los animales, rápidamente se convirtió en una red de apoyo activa. Hoy maneja cerca de 350 adopciones anuales y todos los días publica más de 40 casos de mascotas que necesitan ayuda.

Pero esto no se trata solo de recoger perritos de la calle. Patitas rescata, rehabilita y reubica animales, lo que significa ir a buscarlos al lugar donde se encuentran, llevarlos al veterinario, pagar tratamientos, buscar hogares temporales y —lo más difícil de todo— encontrarles una familia definitiva dispuesta a adoptar.

En sus redes sociales publican todos los días casos nuevos. Animales atropellados, con sarna, fracturados o simplemente dejados a su suerte en distintos lugares de la capital provincial. Y aunque el dolor es pan de cada día, el equipo no pierde el foco de rehabilitar al animal y encontrarle un hogar digno.

"A veces hay que hacerse fuerte, porque nos toca ver escenas muy duras... pero cada adopción es una victoria que lo vale todo", dice Francisca.

Un caso que marcó a la fundación fue el de Nube, una perrita que vivió más de cuatro años encadenada con menos de un metro para moverse. Hoy corre feliz en su nueva casa.

"Ese tipo de historias nos recuerda por qué hacemos esto", agrega emocionada la presidenta.

OTRAS ACTIVIDADES

Con recursos autogestionados y el apoyo de la comunidad, la creatividad se vuelve clave. Han organizado rifas, colectas en la calle, cicletadas e, incluso, están por realizar una actividad junto a los clubes de motociclistas de Los Ángeles. También tienen una línea de ropa llamada Patitas Shop, donde todo lo recaudado va a la causa.

Pero no todo es rescatismo. También organizan campañas de esterilización de bajo costo, como la que se viene los próximos 23 y 24 de agosto en Villa Parque Lauquén. ¿Por qué es importante? Porque como bien dicen ellas: "La única forma real de cortar la cadena del abandono es esterilizar".

La actividad está abierta a toda la comunidad y se puede agendar directamente por redes sociales.

EL GRAN SUEÑO: TENER UN REFUGIO PROPIO

Uno de los grandes desafíos de la fundación es no tener un espacio físico propio. Hoy dependen completamente de hogares temporales. "Si no hay dónde dejar un animal, simplemente no lo podemos rescatar. Por eso soñamos con tener un lugar, un refugio donde podamos albergarlos mientras se rehabilitan. Ese es nuestro gran proyecto", afirman.

Y para lograrlo, necesitan más manos y corazones comprometidos. "Queremos que la comunidad se involucre. Que esto no sea solo responsabilidad de la fundación, sino de todos. Porque los animales no son cosas. Sienten, sufren y merecen una segunda oportunidad", recalcan.

En total, el equipo fijo lo integran apenas siete personas, pero hay decenas de colaboradores espontáneos que ayudan en traslados, colectas y cuidados momentáneos.

"Nos gustaría que más personas se sumaran de forma permanente. Que la comunidad no delegue todo en la fundación, sino que también se involucre", insiste Francisca.

Al cierre de la conversación, Francisca y Antonieta Torres, otra de las cuidadoras voluntarias, hicieron un llamado simple, pero profundo: "Si ves un animalito en la calle, no mires para el lado. Hazle cariño, dale agua y avísanos. Cada pequeño gesto cuenta. Y si puedes, apóyanos. Porque esto no lo hacemos solas, lo hacemos entre todos".

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