Crónica Ciudadana

Emprendimiento angelino apuesta por transformar ropa en desuso en accesorios únicos

Nicole Fuentes creó "Majo" hace 12 años para dar nueva vida a textiles desechados para elaborar productos artesanales que incluso son enviados al extranjero. "Nada se pierde, todo se transforma", afirma.

Emprendimiento angelino apuesta por transformar ropa en desuso en accesorios únicos, Diario La Tribuna
Emprendimiento angelino apuesta por transformar ropa en desuso en accesorios únicos / FUENTE: Diario La Tribuna

En la plaza Pinto de Los Ángeles, entre colores, texturas y sonrisas, se esconde una historia de reinvención, creatividad y compromiso con el medioambiente.

Se trata de "Majo", el emprendimiento liderado por Nicole Fuentes, una mujer angelina de 39 años que decidió dejar atrás el mundo hotelero para dedicarse por completo a lo que ama: crear accesorios únicos mediante materiales reciclados, principalmente ropa en desuso donada por conocidas y tiendas locales.

Lo que comenzó como una inquietud frente al descarte de prendas en su antiguo negocio de ropa americana, hoy es un proyecto consolidado que transforma telas olvidadas en aros, collares, scrunchies, straps y mucho más, todo hecho a mano y con un enfoque profundamente sustentable.

"Las telas eran maravillosas, los cortes, los diseños... No entendía cómo nadie veía el potencial que yo sí veía. Así que empecé a crear", recuerda Nicole, con la seguridad de quien supo ver el potencial de un producto que todo el mundo omitía y con el cual logró construir algo con sus propias manos y corazón.

MODA CONSCIENTE CON HISTORIA

Majo no es solo un emprendimiento, sino que una forma de vida que rescata materiales que para otros eran basura, y les da una segunda oportunidad. Telas, sedas, cuero, cierres, botones e incluso pedazos de collares rotos, todo puede convertirse en arte.

"Tengo amigas que me juntan bolsitas con restos que a ellas no les sirven. Yo paso y los recojo. Así evito que terminen en un vertedero. Nada se pierde", asegura.

Pero Nicole va más allá del reciclaje. Consciente de las alergias que puede provocar la bisutería convencional, ha optado por usar acero hipoalergénico, garantizando así un producto amigable con el cuerpo y el planeta.

Y aunque su producción es artesanal, no por eso es escasa: trabaja por tandas, creando de a 15 piezas por diseño, lo que le permite mantener un amplio stock para ferias, eventos, fechas importantes e incluso enviar pedidos a regiones y clientes de otros países del continente que encuentran sus productos por redes sociales.

HECHO A MANO, CON ALMA ANGELINA

Su taller, que también es su hogar, funciona al ritmo del colegio de sus hijos.

"Trabajo cuando ellos están en clases. Y si viene una feria grande, ahí me sacrifico y me quedo hasta las 2:00 horas. Pero los tiempos con la familia se respetan, eso no se negocia", dice, evidenciando que el emprendimiento también es una apuesta por la autonomía y la conciliación.

Gracias a una buena organización, su trabajo le permite ser una mamá presente para sus hijos, asegurando que "los tiempos con ellos son lo más importante".

Gracias al boca a boca, ferias como Green Market y su presencia activa en plaza Pinto, Majo ha conquistado un público fiel, que valora la originalidad, la calidad y el sentido de cada pieza. No hay dos iguales.

"Todo lo diseño yo. Veo los materiales y ahí se me prende la ampolleta", comenta entre risas, asegurando que no tiene diseños preestablecidos y que todo fluye gracias a la inspiración y espontaneidad del momento en que los confecciona.

Y aunque su camino no ha estado exento de dificultades —como el trabajo informal o la competencia con productos industrializados de bajo costo— Nicole tiene claro su norte.

"Yo no puedo competir con los productos chinos, que son de menor precio y están producidos en masa. Pero lo mío es único. Tiene historia, cariño y conciencia", reflexiona.

UNA RED DE MUJERES QUE PROYECTA

Nicole sueña con abrir un local, pero no cualquier local. Quiere hacerlo con otras mujeres como ella, que trabajen con las manos, que estén al 100% y que crean en la sustentabilidad como forma de vida.

"No me interesa vender junto a cosas traídas de afuera. Lo mío es hecho aquí, con esfuerzo. Y quiero que ese espacio también tenga identidad", afirma.

Ya se ha formalizado, tiene proyecciones de llevar sus creaciones a Pucón, Viña del Mar y Santiago, y no descarta colaborar con otras artesanas para ampliar su catálogo. De hecho, ya piensa en bolsos y hasta alpargatas hechas con jeans reutilizados.

"El límite es aprender a usar la máquina de coser", bromea, ya que todos sus productos son 100% hechos a mano.

UN ACTO DE RESISTENCIA CREATIVA

En tiempos donde la industria textil es una de las más contaminantes del planeta, lo que hace Nicole con Majo no es solo auténtico, sino que también es necesario.

Recuperar, transformar y dar valor a lo que otros desechan, considerando que los cerros de ropa desechada abundan a nivel nacional y que Chile se encuentra en la parte alta del ranking de países que más ropa per cápita consume.

"Todo tiene potencial. Solo hay que darse el tiempo de mirar los productos y materiales de una forma distinta, para sacarles provecho", concluye.




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