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Su estado de salud generó preocupación en el mundo entero, y los informes médicos no ocultaron la gravedad del cuadro. Sin embargo, su recuperación fue acompañada por un constante flujo de oraciones y muestras de apoyo provenientes de fieles católicos, cristianos de otras denominaciones, seguidores de distintas religiones e incluso personas sin creencias religiosas.
En este contexto, la breve aparición del pontífice fue un gesto cargado de simbolismo. En silla de ruedas, con un semblante sereno y una sonrisa en el rostro, Francisco se dirigió a la multitud congregada en las afueras del centro médico, quienes llevaban esperando su salida por más de una hora.
"Agradezco a todos", fueron sus primeras palabras, en reconocimiento a las innumerables plegarias y mensajes de aliento que ha recibido durante su convalecencia.
A sus 88 años, la hospitalización del Papa encendió las alarmas en el Vaticano y entre los fieles. La neumonía bilateral, una afección especialmente riesgosa en adultos mayores, requirió una atención médica rigurosa.
Durante su estadía en el Policlínico Gemelli, los informes médicos dieron cuenta de las dificultades que enfrentó en su recuperación, con momentos de crisis que generaron incertidumbre sobre su evolución.
Pese a ello, el pontífice ha mostrado signos de mejoría y su reaparición pública es una señal alentadora. La Santa Sede anunció que el Papa será dado de alta este domingo, y no se ha confirmado cuándo retomará completamente su agenda pastoral.
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