Regístrate Regístrate en nuestro newsletter
Radio San Cristobal 97.5 FM San Cristobal
Diario Papel digital
La Tribuna

Jeanette Pacheco: La historia de superación de una angelina contra la diabetes

por Sofía Meier

Fue operada en varias oportunidades por los efectos de su enfermedad, llegando incluso a sufrir la amputación de su pie derecho. Sin embargo, nada de esto le impidió dedicarse a lo que más le gusta: La peluquería.

Hoy cuenta con su certificación de cemujer en peluquería. / cedida.

Jeanette Pacheco Medina es angelina, vive en la Villa Filadelfia (sector sur de Los Ángeles) con su marido, quien está en situación de discapacidad visual, además de su perrita "Blanca".

Hace algunos días, recibió su certificación en el curso de peluquería realizado el año pasado por el Centro Integral de la Mujer (Cemujer), dependiente del municipio local.

Diario La Tribuna se contactó con Jeanette y la visitó en su hogar, donde pudo ver cómo desempeña su trabajo de peluquera en la casa y también conoció de su lucha de años contra la diabetes, enfermedad que le causó la amputación de su pie derecho.

PASAR POR EL PABELLÓN

Con su enfermedad ya diagnosticada, hace un par de años la hospitalizaron para operarla debido a la infección en un dedo. Sin embargo, como en ese tiempo era rutinario hacerse un test para detectar coronavirus, su examen salió positivo, lo que obligó a retrasar la cirugía: "Tenía la uñita no más infectada y me dejaron estar. El hecho de que tuviera covid significaba que no me operarían luego". Pasados los días, el doctor le notificó a Jeanette que ahora debían amputarle el dedo completo.

Pese al diagnóstico y a la necesidad de una intervención quirúrgica pronta, la mujer asegura que "pasaban los días y no me operaban. El doctor incluso me mandó para la casa porque lo harían la semana siguiente, pero yo no quería. Tenía mi dedo morado. Le dije: ‘doctor, si usted no me opera mañana, la otra semana será el pie". Al final, me dio la razón y dijo que haría la operación al otro día".

En ese tiempo que esperó en su casa el término de la cuarentena para así ser sometida al procedimiento, personal de salud la visitó y vieron que por el grado de avance de la infección, "debía ser hospitalizada de inmediato".

Una vez realizada la cirugía, la dejaron la zona abierta, de manera que pudiese cerrarse quirúrgicamente una vez que el tejido estuviera libre de infecciones tras un tratamiento con antibióticos.

"Me mandaron nuevamente a la casa pero me negué. Tengo una perrita y le podía entrar pelo a la herida abierta. Le dije: ‘Haga cuenta que me estoy tomando unas vacaciones largas, pero para la casa no me voy’".

Sin embargo, cuando debían cerrar la herida, tal como ella predijo, la infección siguió avanzando: "Y eso que estuve dentro del hospital". Tuvo que someterse a más cirugías que le terminaron amputando todos los dedos del pie derecho. Pese a todo, la infección y necrosis seguían avanzando.

Cansada de su situación, Jeanette se desahogó con uno de sus médicos y le manifestó que "no sabía para qué la mandaban a pabellón quirúrgico, voy a puro convulsionar y la limpieza en mí no funciona". Ante la queja de Pacheco, cuenta que el doctor le relató un actuar preventivo que él realizó en la cirugía por su salud: "Hice lo que no tenía que hacer, pero me arriesgué por ti. Te corté más de lo que teníamos que hacerlo y te cerré al tiro".

Todo lo que quería Jeanette era volver a caminar, duda que el doctor respondió afirmativamente y le aseguró que pronto podría hacerlo.

SU LLEGADA A CEMUJER Y SU PROFESIÓN

Jeanette Pacheco llegó el 2023 a Cemujer en el momento preciso, pues cuando se inscribió, justo se liberó un cupo. "Había hecho un curso de peluquería hace 22 años pues estaba embarazada de mi hija. Lo hice con la misma profesora que ahora fue mi monitora".

Por años fue peluquera en el centro de la ciudad de Los Ángeles: "Llegué a Cemujer para obtener mi título, iba arrastrando mi pie, pero jamás dejé de trabajar. En la sala siempre hacía algo, llevaba clientas para cortarles el pelito".

Sin embargo, el 19 de septiembre de 2023 volvió a hospitalizarse por fiebre alta y vómitos. "Al llegar al SAR Entre Ríos, me toman la temperatura y tenía más de 39 grados, además que estaba decaída. La doctora Díaz me atendió y ordenó exámenes. Cuando llegaron, ella me cuenta están malos. Quería enviarme a hacer unas radiografías, pensando en algún problema al estómago, pero yo sabía que era mi pie" relató Pacheco.

Al ver esa zona, efectivamente la infección había avanzado y emanaba mal olor. La doctora ordenó inmediatamente que Jeanette Pacheco fuera hospitalizada para ser ingresada a pabellón debido a la gravedad del caso.

"Le avisé a mi hijo que debía ir al hospital, para que se fuera a la casa pues mi esposo es no vidente. Nosotros vivimos los dos aquí solos. Llegamos a urgencias para hospitalizarme y después de estar unos días en primeros auxilios me subieron a la sala. Ahí el doctor me dijo que me pasarían a pabellón quirúrgico", añadió.

Aunque luego de unos días ordenaron darle de alta, ella nuevamente se negó. Dicho y hecho, al revisar a Jeanette, la enfermera descubre que la incisión no tuvo un buen progreso: "’Menos mal que no te fuiste y le dijiste al doctor’, me dijo. Me retiró el parche y me apretó el pie pero estaba podrido". 

Luego, un médico comprobó el avance de la infección y notificó a Jeanette que tendrían que cortarle el pie y luego, un poco más arriba de forma preventiva. Jeanette conversó con su familia para someterse a esta nueva cirugía: "me dijo que, si me amputaba, podía vivir hartos años más y que en seis meses me tendría caminando. Si no lo hacía, tenía un mes de vida".

UN ERROR QUE PUDO HABERLE COSTADO SU OTRO PIE

Antes de entrar a pabellón, con Jeanette corroboran la lectura del consentimiento informado. Debido a un problema temporal de vista que experimentó Pacheco en esos momentos, no podía ver el documento.

Fue entonces que la enfermera le dice a ella que "en el papel aparecía que el pie que amputarían era el izquierdo y no el derecho, que era el que ella tenía afectado. ‘Si usted firma, después no tiene derecho a alegar si le cortan el otro pie, ni siquiera tiene donde quejarse y ellos (los médicos) sí se han equivocado, así que nosotros una vez que entran a pabellón, tenemos que leerles este documento’"

Una vez corregido el documento y marcado el pie a amputar, la intervención quirúrgica se realizó. Pero la historia no termina ahí, pues una vez concluida la operación, una enfermera reporta una mancha en el parche de Jeanette y al sacarlo, se descubre otra infección.

Por esa razón, ella debió someterse a nueva segunda cirugía, un segundo corte preventivo para que no siguieran apareciendo infecciones en su pierna. Al presentar el nuevo consentimiento informado, Jeanette le pidió a su hija que leyera y firmara el documento para prevenir errores. Papel que, nuevamente venía con errores, debiendo redactarse desde cero.

"Una vez hecha la operación, me dieron un mes de hospitalización domiciliaria. Me venían a ver a cada rato para tomarme los signos vitales. Preferí la hospitalización domiciliaria por mi esposo, porque como no ve, somos solos los dos. ¿Cómo iba a ir a mis curaciones? Era súper complejo", señaló Jeanette.

JEANETTE SE REINVENTÓ GRACIAS A LA PELUQUERÍA

"Mi sueño era estar certificada en peluquería, tengo un diploma de noviembre de 2001, con mi misma profesora de hoy. Este certificado lo tengo de antes, cuando no se llamaba Cemujer. Esto era sólo una participación y yo necesitaba mi título, si me voy a morir, por último, que sea teniéndolo".

Además de trabajar en peluquerías del centro, Jeanette ha colaborado con el Hogar de Cristo, donde cortaba el cabello a personas en situación de calle: "Estuve dos años antes de la pandemia cortando el pelo y luego también, hasta que me pasó esto".

Pacheco destacó entre sus compañeras siempre por su asistencia. Muchas veces la vieron llegar caminando con sus muletas por las operaciones y luego en silla de ruedas, por ejemplo, al recibir su diploma. "Yo iba sí o sí, incluso cuando tenía curaciones, yo las pedía para la tarde para poder ir a mis clases y no faltar. Siempre fui muy responsable".

"Este tema se conversó igual en la clase, nosotros firmamos un documento para no faltar más de tres veces o perdíamos el curso. Le dije a mi profesora que tenía que ponerme a mí de ejemplo. ¿Usted me ve que yo falto? Ando apenas muchas veces y trabajo igual que cualquiera de las chiquillas", recalcó Jeanette.

SU MÉTODO DE TRABAJO

Ahora que está en silla de ruedas, detalló su método de trabajo para un lavado y alisado que realizó mientras se llevaba a cabo la entrevista.

Con fuerza y apoyándose en una silla más alta, se sienta y queda a la altura precisa para realizar su oficio: Regular la temperatura del agua, aplicar champú y bálsamo, y masajear el cuero cabelludo. Luego, se sienta en el brazo de uno de los sillones y desde ahí seca y alisa el cabello. La habilidad de Jeanette es innegable.

LA ESPERA DE SU PRÓTESIS Y UNA RIFA PARA SU BENEFICIO

Tras la donación de una doctora, Jeanette se encuentra en preparación para recibir su prótesis que le permitirá volver a caminar. "Me emocioné cuando la vi, porque era de mí mismo color de piel. Ahora debo hacer ejercicios para usarla".

Por esa razón, está realizando una rifa para su beneficio a $1.000 pesos el número, lo que le permitirá complementar los ingresos mensuales de Jeanette y su esposo, debido a los onerosos tratamientos y en sí, su costo de vida.

Los números pueden ser comprados a ella directamente a través de su Whatsapp +56964731707.

Síguenos: Google News
banner redes
banner redes banner redes banner redes banner redes banner redes

¿Quieres contactarnos? Escríbenos a [email protected]

Contáctanos
EN VIVO

Más visto