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La Tribuna

Las dificultades para encontrar trabajo de una persona adulta con TEA

por Nicolás Maureira

Joven angelina con reciente diagnóstico de autismo cuenta sus complicaciones para encontrar trabajo y explica para qué le serviría obtener la credencial de discapacidad.

Javiera Robles Vignolo / Cedida

Javiera Robles Vignolo (28), ingeniera comercial de profesión, angelina y residente actual en la ciudad, obtuvo por fin certezas el año pasado de un diagnóstico que ella misma venía madurando: su condición de Espectro Autista en edad adulta.

Cuando a su sobrina la diagnosticaron con Trastorno del Espectro Autista (TEA) a principios del 2022 y luego de comenzar a indagar sobre el tema, Javiera pronto empezó a darse cuenta de que podía tener algunos rasgos de la condición. Así, tras hablar con su psicólogo y de pensarlo mucho, acudió a un neurólogo, quien a fines del año pasado le indicó que sus cualidades sí daban para calificar como una persona con TEA, pero que a esa altura no era necesario pagar por los exámenes, ya que "¡de qué te sirve saber a esta edad!", le dijo el profesional.

Tras este frustrante comentario, Javiera reunió el dinero y a principios de este año se realizó la evaluación, el examen ADOS-2 de manera particular con una fonoaudióloga capacitada en dicho test en adultos, el cual le clarificó su condición de Espectro Autista.

Luego de disipadas las dudas, venía otro paso muy importante para continuar con la vida que a todo adulto le corresponde: la búsqueda de trabajo. En este punto es donde Javiera ha tenido muchas dificultades. Ir a una entrevista laboral le puede ocasionar un alto nivel de ansiedad, así como otras situaciones como el mismo trabajo en sí en donde tenga que participar en grupos o con muchas personas.

"Yo sentía que así como estaba no iba a poder encontrar un trabajo, las situaciones me desbordaban, no estaba pudiendo, había como una limitancia", contó Javiera en entrevista con diario La Tribuna.

Estas y otras razones la motivaron a solicitar la credencial de discapacidad, ya que actualmente trabaja como freelance y no obtiene dinero suficiente para sus quehaceres diarios, por lo que necesita encontrar pronto un trabajo estable.

"Afortunadamente la profesional que me atendió en ese momento, me dijo que es muy necesario para mí contar con una credencial", señaló.

Este trámite, que se puede realizar en los Cesfam y que deriva la solicitud de la persona al Compín, Javiera lo comenzó a gestionar en marzo de este año y hasta la fecha aún no la recibe.

Javiera Robles Vignolo / Cedida
Javiera Robles Vignolo Cedida

Debido a lo anterior, "aún no me enfrento a la búsqueda laboral de manera inclusiva, porque la mayoría de las veces que he contactado a fundaciones que son inclusivas y dedicadas a la inserción laboral, me dicen que como requisito lo primero que tienes que tener es la credencial".

"Para mí sería una ayuda gigante (tener la credencial) porque si tu encuentras un trabajo de manera inclusiva podrías tener adecuaciones laborales. Trabajar de manera remota podría considerarse una adecuación y así no tener que estar en un lugar con más personas, entre otras cosas", agregó.

CREDENCIAL DE DISCAPACIDAD

Para obtener la credencial de discapacidad, las personas que quieran solicitarlas deben acudir a su Cesfam respectivo, o también lo puede gestionar un familiar. Tras completados los informes, los solicitantes deben hacer el trámite en el Compín a través de una página web, o ir a la oficina de discapacidad municipal que ofrece la posibilidad de subir los documentos.

Luego de esto, una comisión -que la integran entre otros profesionales un neurólogo, fonoaudiólogo y psicólogo- evaluará al paciente para determinar el grado de su discapacidad y así finalmente aprobar o no la entrega de la tarjeta.

¿CREDENCIAL ESPECÍFICA PARA LOS TEA?

La reciente Ley 21.545 sobre autismo no precisa sobre una distinción respecto a una credencial específica para las personas con TEA. Ante esta situación, Joanna Sandoval, asistente social del Cesfam Nororiente de Los Ángeles y que recurrentemente trabaja en la recepción de peticiones para la tarjeta de discapacidad, señaló, a título personal, que "a las personas con TEA no deberían calificarlas como una discapacidad".

Javiera, por su parte, le restó importancia a este tema, ya que "yo no sé si estoy a favor o en contra de que se llame discapacidad. Lo que sí sé es que hay personas autistas que sus necesidades de apoyo son muy altas. Si la credencial y el llamarlo discapacidad va a permitir que exista más comprensión y atención a esas necesidades, entonces yo sí estoy de acuerdo con que se llame discapacidad", cerró.

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