Comerciantes enfrentan con incertidumbre los días posteriores al incendio en La Vega

Ha transcurrido casi una semana desde el incendio ocurrido el sábado 21 de enero en el sector La Vega de Los Ángeles, específicamente en el sector conocido como Ex Copihue, en la intersección de calle Rengo con Villagrán.

Allí, una decena de locales comerciales fueron arrasados por el fuego, dejando a quince personas sin su fuente laboral, trece de ellos locatarios y dos que guardaban sus productos en los inmuebles.

Si bien las causas exactas que habrían originado el siniestro aún son materia de investigación, lo cierto es que con el correr de los días los comerciantes afectados han comenzado a enfrentar las consecuencias de no contar con sus mercaderías ni con el espacio que los albergaba cada jornada.

DIFÍCIL PANORAMA

La Tribuna llegó ayer hasta el lugar para indagar respecto a lo difícil de estos días.

Una de las afectadas, Ana Cartes, trabajó durante diez años en el local “Ropas y Accesorios Sebastián”, por el cual al igual que sus colegas, cancelaba un arriendo y los permisos municipales correspondientes.

La mujer -acompañada de su madre, quien también es comerciante y le cedió parte de su mercadería para que pudiera trabajar temporalmente-, relató lo complejo que ha sido esta situación para ella y su familia.

“Estos días han sido terribles, llevo toda una vida trabajando en La Vega. Yo lo había advertido, esto se veía que iba a pasar, porque ahí había peleas, detrás de mi local donde pasó todo esto. Quedé a brazos cruzados, se quemó todo a puertas cerradas”.

Advirtió que para nada cuenta con los recursos para pensar en arrendar otro local. “No sabemos si nos van a dar algún aporte. La municipalidad el día lunes nos dio una caja de mercadería y una gift card para el gas, pero más allá no sé qué va a pasar con nosotros”.

Al mismo tiempo, Ana alertó sobre eventuales riesgos para los transeúntes que recorren a diario La Vega, pues aún se aprecian restos de las estructuras dañadas, específicamente planchas de zinc que podrían caer intempestivamente. “Sé que esto se va a demoler, ojalá que lo hagan luego porque si no se va a llenar de gente. Si lo dejan así va a ser un foco de delincuencia. Además, nos hace mal pasar por aquí y ver todo esto”.

Recordó que entre los comerciantes que se desempeñaban en el lugar había quienes tenían puestos de venta de frutas y verduras; una joven que administraba un local de comida rápida; y ella que se dedicaba a la venta de juguetería, ropa usada y algunos útiles de aseo.

Sobre la opción que les planteó el municipio de trabajar con toldos, aseveró que al menos a ella eso no le sirve, por las condiciones en que debe realizar sus labores.

OTRO AFECTADO

Don Raúl Soto fue otro de los perjudicados por el incendio, en este caso, al perder la mercadería que guardaba en las dependencias siniestradas.

“Guardaba mis cosas ahí, pero lo perdí todo. Ni siquiera estaba en Los Ángeles, así es que perdí todo”, señaló.

Recién el miércoles pudo retomar la venta de sus productos, pero igualmente con un grado de incertidumbre.

EVALUACIÓN DEL MUNICIPIO

Finalmente, tras consultar a la Municipalidad de Los Ángeles respecto a novedades en el acompañamiento a los locatarios, se indicó que se continúa avanzando en lo que se informó el día lunes.

Esto es, trabajar en tres líneas: Evaluar la demolición y habilitación de las dependencias, la instalación provisoria de los comerciantes, y alternativas de apoyo individual de acuerdo a cada una de sus necesidades.

Cabe recordar que los locales afectados se encontraban emplazados en el terreno que está próximo a ser expropiado para la ejecución del Plan Maestro de Aguas Lluvias del estero Quilque, por lo que desde el municipio se indicó que es imposible reconstruir algún tipo de infraestructura en este mismo punto.