Regístrate Regístrate en nuestro newsletter
Radio San Cristobal 97.5 FM San Cristobal
Diario Papel digital
La Tribuna

Funcionario activo que salvó de morir en Antuco demandó al Ejército por tutela laboral

por Juvenal Rivera Sanhueza

El sargento segundo Cristhian Robledo escapó de la muerte en la trágica marcha que costó la vida de 44 conscriptos y un sargento segundo en mayo de 2005. Años más tarde, fue diagnosticado con estrés post traumático a consecuencia de este incidente. Sin embargo, el funcionario estima que la categoría de baja médica lo perjudica.

10-2, Tragedia de Antuco /

El 12 de septiembre de 2019, el sargento segundo Cristhian Robledo simplemente explotó. Su día transcurría de manera normal en el destacamento Nº 17 Los Ángeles cuando una simple pregunta le desencadenó una crisis.

Nos encontramos con nuestro comandante de compañía y nos pregunta cómo nos encontrábamos. Comencé a sentir el pecho apretado, grité, lloré, sentí que reventé, desahogándome de forma total en ese momento. Me llevaron a la oficina del comandante de batallón, donde seguía alterado, revolucionado y descontrolado, envuelto en llanto (...). Se me llevó a la oficina del 2°do comandante donde seguía con la misma crisis. Por mi condición, se me quitó el armamento, la munición y trataron de controlarme.

Con esas palabras, el instructor detalló el momento del colapso. En los días siguientes, varios especialistas, entre psicológicos y siquiatras, analizaron su caso. Al cabo, el diagnóstico fue concluyente y unívoco: estrés post-traumático.

¿La causa? La tragedia de Antuco. Es que Cristhian Robledo, en ese entonces un cabo segundo con apenas 21 años de edad, fue parte de ese contingente de soldados, instructores y oficiales que en la madrugada del 18 de mayo de 2005 salió a marchar hasta el refugio La Cortina.

Lo que debía ser un ejercicio de caminata de 20 kilómetros para cerrar el proceso de instrucción básica, se convirtió en la tumba para 44 conscriptos y el sargento segundo Luis Monares.

En el trayecto, las columnas de marcha que se desplazaban por las la ladera norte del volcán Antuco, fueron alcanzadas por una violenta tormenta de viento blanco que causó la muerte por hipotermia.

Robledo, que realizó buena parte del trayecto con un soldado conscripto con quien sigue teniendo una profunda amistad, estuvo a punto de morir ese 18 de mayo. En algún momento, sus compañeros de armas pensaron que dejaba de existir y debió ser arrastrado hasta el refugio cordillerano.

14 años después, el funcionario - que cumplió distintas funciones dentro de la institución - hizo crisis a consecuencia del estrés post traumático derivado de aquel incidente.

En todo caso, no fue el primero. Otros ocho militares de planta (que fueron parte de aquel traumático episodio) han experimentado similares problemas de salud mental.

Sin embargo, la abogada María Isabel Alcántara, que representa a Cristhian Robledo, alega que la decisión sobre su defendido fue distinta, razón por la cual recurrió a los tribunales de justicia con una denuncia por vulneración de derechos fundamentales con ocasión de la relación laboral en contra del Ejército.

En suma, considera que la petición de baja de la institución lo perjudica porque no se hace cargo de las consecuencias en su salud mental por lo vivido en la marcha de Antuco.

Hasta ahora, el sargento segundo está con licencia médica y no ha firmado su baja de las filas de la institución en la cual sirvió desde 2001.

DEMANDA

En la demanda presentada en tribunales, se hace un pormenorizado relato de la experiencia del funcionario de planta, con detalles de lo vivido en la marcha y lo ocurrido en los años posteriores, especialmente cuando se rememoraba el aniversario de la tragedia.

Ahí se explicita lo que fue la traumática experiencia y se hace una crítica a lo que cataloga como nulo apoyo del Ejército a sus funcionarios para ayudar a superar las secuelas psicológicas.

Después del diagnóstico de estrés post traumático, se indica que el 22 de diciembre del año 2021 el sargento Robledo fue notificado por la comisión de sanidad del Ejército que se encuentra NO APTO para continuar al servicio de la institución por presentar por una enfermedad de salud mental, de carácter crónico y fluctuante, secundario a un acto determinado del servicio, que le ha producido un deterioro de la salud mental.

En consecuencia, se concluye que esto le impide retornar sus actividades a pesar de los esfuerzos clínicos y terapéuticos, ya que estado de salud es incompatible con la profesión militar.

El problema, según la abogada, es que la baja dispuesta por el Ejército lo perjudica porque no se hace cargo de costear el tratamiento siquiátrico que deberá seguir realizándose cuando ya no esté en la institución.

A su juicio, solo le reconocieron la enfermedad como profesional por inutilidad clase 1 cuando habría antecedentes de que correspondía que fuera la inutilidad clase 2 o clase 3, lo que significa una merma en sus ingresos.

La enfermedad que hoy padece el sargento Robledo tiene relación con su experiencia vivida durante el servicio en la marcha de Antuco, pudiendo acreditarse la relación de causalidad exigida por el primer requisito del artículo 66 de la ley indicada, por lo que a todas sus luces se trataría de una enfermedad contraída a consecuencia del servicio, afirmó.

Con la acción legal, lo que se busca es que el Poder Judicial paralice los abusos de los cuales ha sido objeto mi representado, los cuales vienen de muchísimo tiempo, y que resuelva conforme a derecho su salida desde la institución.

Para la profesional, si se le va a llamar a retiro, que sea por las condiciones reales. El problema de salud fue adquirido en la institución y dentro del cumplimiento de sus funciones.

El punto, añadió, es que se ha evidenciado que mi representado no es el único que tiene esta patología, sino que muchos de los sobrevivientes (funcionarios de planta) la tienen pero a ellos se le otorgó la inutilidad 2.

EJÉRCITO

El coronel Raúl Ferreira Assad, comandante del Destacamento de Montaña Nº 17 Los Ángeles se refirió a la presentación judicial del sargento segundo Cristhian Robledo.

Al respecto, el oficial aseguró que hemos colaborado en todo lo que se nos ha solicitado, añadiendo que como Ejército, realizamos todo lo que corresponde ante este tipo de procesos. Se ha entregado la información solicitada por la vía legal mientras que lo relacionado a su situación médica, es información reservada por la Ley de Protección de Derechos del Paciente.

Ferreira sostuvo que el funcionario está haciendo uso de todas las instancias que le corresponden en derecho. Todos los miembros del Ejercito pueden hacer de todos esas prerrogativas.

Como comandante, solo me queda esperar que pueda tener la mejor recuperación posible y también respecto de lo que suceda, es una decisión de las entidades correspondientes.

Sobre la atención a otros funcionarios de planta afectados por estrés post traumático, el jefe militar aseguró que desde el año pasado ha habido un trabajo, una evaluación y una recopilación de antecedentes para actualizar y materializar el seguimiento y acompañamiento de la mejor manera. Es un trabajo permanente que aún se está desarrollando.

Síguenos: Google News
banner redes
banner redes banner redes banner redes banner redes banner redes

¿Quieres contactarnos? Escríbenos a [email protected]

Contáctanos
EN VIVO

Más visto