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Exportar confianza: el aporte de Gabriel Massuh al vínculo agrícola entre Chile y el mundo

por La Tribuna

Cuando la información cruza fronteras tan rápido como los productos, la historia de emprendedores como Gabriel Massuh nos recuerda que los empresarios que no solo comercian, sino que unen y dejan un legado que perdura.

Gabriel Massuh entendió la importancia del trabajo agrícola y el valor que tiene cada producto antes de llegar al mercado. / Diario La Tribuna

La fruta, así como otros productos, dejó de ser simplemente un alimento para transformarse en un puente entre economías, culturas y métodos de producción.

Esa idea, que para muchos podría sonar abstracta, fue una convicción temprana de Gabriel Massuh, empresario chileno-ecuatoriano que desde 1993 ha demostrado que el comercio agrícola también puede ser una forma de integración entre países.

Su empresa, Bagno, nacida de la intuición de que Chile necesitaba un suministro confiable de frutas tropicales, se transformó con los años en un nodo que conecta a productores de distintas regiones con consumidores chilenos. 

Pero más allá del volumen o la logística, el verdadero aporte de Massuh ha sido otro: exportar confianza.

El origen de una visión

Desde sus primeros años en Guayaquil, Gabriel Massuh entendió la importancia del trabajo agrícola y el valor que tiene cada producto antes de llegar al mercado.

Esa sensibilidad, sumada a su formación en agronomía y negocios en Estados Unidos, le permitió ver que la fruta no es solo un bien comercial, sino un canal que une territorios.

Cuando llegó a Chile a principios de los años noventa, encontró un mercado con alta demanda de productos tropicales, pero totalmente dependiente de las importaciones.

Fue allí donde aplicó su visión: conectar productores de distintos orígenes con un mercado que buscaba calidad y continuidad, construyendo cadenas logísticas que beneficiaran a ambas partes.

Bagno se convirtió así en un espacio de intercambio: desde Ecuador y otros orígenes llegaban productos que se integraban a la dieta chilena, mientras Chile fortalecía su posición como país con una demanda diversa gracias al comercio internacional.

El valor de quienes tejen vínculos más allá del comercio

Para Gabriel Massuh, la confianza es una práctica cotidiana. Su red de proveedores internacionales y clientes y productores locales no se construyó con rapidez, sino con años de cumplimiento, transparencia y consistencia.

Ese enfoque permitió que Bagno se consolidara incluso en momentos de inestabilidad global. Lo que otros veían como riesgo logístico, él lo transformó en oportunidades para fortalecer vínculos con productores que buscaban socios confiables a largo plazo.

Bagno no solo importaba fruta: importaba reputación. Ahora cada mercancía debía confirmar que el producto llegaría con la misma calidad con la que fue cosechado. Cada proveedor debía sentir que trabajaba con un socio serio. Y cada cliente debía recibir lo prometido.

Ese estilo directo, coherente y silencioso es el que permitió que la empresa creciera manteniendo su esencia original.

Para Gabriel Massuh, la fruta no es simplemente un producto que se mueve entre países. Es una representación de algo más grande: la posibilidad de unir territorios a través del trabajo honesto, el comercio responsable y la confianza entre personas.

Su historia demuestra que un empresario puede ser mucho más que un actor económico: puede convertirse en un puente entre comunidades, mercados y culturas que, aunque distantes, se conectan a través de algo tan simple, y tan importante, como la fruta.

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