Carta para mamá

Luis Rozas Mardones, psicólogo

por Luis Rozas Mardones, psicólogo 09 Mayo 2024

Esta publicación va dedicada a todas las personas que ejercen la profesión más hermosa que existe: ser madre. "Mamá, en este día especial me encuentro lejos de ti y mis sentimientos rebosan mi alma, es por ello que te escribo esta carta. Afuera el clima es hostil, llueve copiosamente y aunque tengo la estufa encendida, no logro alcanzar ese calor de hogar que solo tú sabes dar.

Cuantos te amo me faltaron y quedaron en la punta de mi lengua. Recuerdo con alegría, los primeros días de escuela, cuando me vestías, me peinabas, me echabas algo de "Colonia Inglesa" y aunque iba con mucho sueño, también tenía mucha alegría por ir a aprender a ser una gran persona, mejor que tú (cómo siempre me lo repetías), lo mejor de ir a estudiar era sin duda tu compañía y largas conversaciones, ¡Uf! Cómo olvidar tu carita de felicidad a la hora de regresar a casa.

Tengo en mi mente tu recuerdo, cocinando en esa vieja cocina (tu regalona), con las ollas de siempre, vistiendo ropas gastadas, sencillas y con una que otra remendada, en verdad creo que siempre era la misma, creo que nunca te lo dije, pero te lo cuento ahora...en muchas ocasiones me di cuenta con mente inocente, cuando tú me dabas mi almuerzo y decías, no tengo mucha hambre, comías poquito y a veces no comías, ahora lo sé, era para disimular que no había más en la olla, pero para el niño nunca faltaba.

Eras increíble, siempre tenía en mi mueble ropa limpia, la cama estaba hecha, la casa limpia y ordenada, mis cuadernos en su lugar. A veces te hacía enojar, por mi desorden, pero ahora me doy cuenta que lo tenía todo y especialmente te tenía a ti, justo cuando más te necesitaba.

Mamá, ya perdí la cuenta de las veces que te fuiste rauda a tu dormitorio y te encontraba con los ojos llorosos o enrojecidos (hijo no tengo nada, me decías sollozando), lo sé ahora...lloraste en silencio, por lo que soportaste, por rabia, pena o simplemente dándote valor para no bajar los brazos. Yo quiero pensar que llorabas emocionada y feliz, por verme crecer y estar bien, me quedo con eso.

El tiempo pasó rápido y un día, me fui de casa, tengo grabada esa imagen tuya despidiéndote, mientras el bus se alejaba...si, vestías la ropa de siempre pero ya tu pelo blanco y rostro arrugado, mostraba que ya no eras la de antes, el tiempo dejaba su huella,

Por un lado pienso que era necesario buscar mi futuro (tal como me lo dijiste) y sé que estarías orgullosa de mí, pero también creo que me perdí de nuestros mejores años juntos.

Mamá, hoy llegué a casa...nuestra casa, estaba frío, no estaba limpio y ordenado, ya no se veían los colores de antaño, ya no había magia, ya no estabas tú, caló profundo en mí tu ausencia y miro con esperanza de niño esa puerta, imaginando que se abrirá y aparecerás...eso no ocurrirá y es la realidad.

Mamita, cuántas cosas quisiera contarte de todos estos años, pero sé que estás acompañando a mi papá allá en el cielo. Tus nietos ven una y otra vez ese viejo álbum de fotos, preguntan por ti, ellos piensan que te fuiste de viaje, más adelante les contaré, tú vives en mí y soy lo que soy, gracias a ti, tu recuerdo vivirá por siempre en mi corazón" ¡Te amo, mamá!

Dedicada a todas las mamás, presentes o ausentes, en cuerpo, alma o corazón.

Luis Rozas Mardones, psicólogo