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Manuel Segundo González: su regalo a Los Ángeles y un legado que no morirá

por La Tribuna

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Hablar de la historia de Iberia es también hablar de la historia de la capital de la Provincia de Biobío, Los Ángeles.

La ciudad se ha forjado en torno a la industria forestal y agrícola, pero también tiene una identidad.

Si bien esa parte que nace desde el corazón mismo no se creó precisamente en la ciudad, sí hoy en día es la que la representa y que lleva dentro de su nombre también el de la comuna.

Corría la década del 60 y en la capital de la Provincia de Biobío reinaba un equipo: Deportes Los Ángeles. Si bien el club era importante a nivel local, solo disputaba partidos amateur en ligas regionales. Por lo mismo, para que el club comenzara a jugar de forma profesional, los dirigentes empezaron a hacer las gestiones para conseguir este objetivo.

Deportes Naval y Deportes Aviación, en los años 1967 y 1968, fueron los elegidos para ser parte del profesionalismo. El elenco angelino no podía y todo se hacía más complicado.

El panorama no mejoraba, y es que al año siguiente Deportes Ejército se sumaba a la lista de postulantes, por lo que sería otro año perdido.

Ahí emergió la figura de Gilberto Lizana, quien hace unos años había creado un club que estaba al borde de desaparecer y que hacía sus armas en la segunda división (hoy Primera B) en la comuna de Puente Alto.

Así comienza a cambiar la historia de Los Ángeles, donde emergen tres figuras fundamentales, las de Carlos Perelló Nieto, Ítalo Zunino y, por supuesto, Manuel Segundo González.

Fueron ellos quienes finalmente cambiaron la historia no sólo del club, sino que de Los Ángeles.

Tras la llegada del club a la capital de la Provincia de Biobío, el propio González continuó siendo uno de los principales dirigentes del elenco “azulgrana”.

Incluso destacó en algunas situaciones particulares, y es que según cuenta la historia, Manuel Segundo González hizo de todo en el club para poder ayudarlo en los malos momentos.

Tras su salida de la institución siguió ligado, pero más desde el ámbito sentimental.

Cada fin de semana se mantenía pendiente de lo que ocurría con el club al que tanto cariño le tenía, lo que quedó demostrado hasta su último día de vida.

La historia de Los Ángeles no sería la misma sin la hazaña de estas tres personas, quienes serán recordadas más allá de su muerte como parte de la historia forjada en el corazón de la Provincia de Biobío, y particularmente en Deportes Iberia.

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